Era finales de septiembre del 2009 cuando aterrizamos en Helsinki por “FINNAIR” ( Línea aérea Finlandesa).
Desde la primera vez que estuve en un país escandinavo (Suecia)32 años antes quedé sorprendido de su extraordinario desarrollo, por lo que conservaba el interés y curiosidad de conocer (Finlandia) otra de las zonas de aquella región geográfica. Hacía un clima benévolo propio de ese mes estival en aquel territorio.
*(«…el más septentrional de Europa….»)
Llegamos «al caer la tarde» tres mexicanos y un argentino, dándonos tiempo de salir a cenar.
El Restaurant era de «llamar la atención» ya que paredes, techos, pisos, etc. estaban totalmente recubiertas de madera;
desde luego ventanas y puertas eran de ese material.
Maderas finas haciendo honor a una de las característica principales de Finlandia («Suomi»),
«EL BOSQUE»:
«adoración y alma de los fineses»
(…raro: no recuerdo qué comí pero si lo genuino del «lugar»)
A descansar temprano ya que estábamos fatigados por el viaje y sus conexiones.
El hotel ubicado «a 10 min. del centro y a la orilla de una entrada brazo de mar». Al siguiente día tomamos el acostumbrado «desayuno internacional»
(nada «fuera de serie» para mi pero, ¡qué rica sabía la mantequilla)
Caminamos hasta encontrarnos una oficina de «información turística»; quedé sorprendido por su modernidad y manejo de tecnología, en ese momento la más avanzada de cualquier País que hubiera visitado.
Hicimos el «City Tour» andando. Al llegar al muelle nos encontramos un mercado informal con carpas («tianguis»). Mientras lo recorríamos compré unas pantuflas pequeñas para mis nietas, abundaban las artesanía de cuernos de alce a un precio muy accesible,
(ahora está colgado uno en el antecomedor de la casa, con un destapador unido y el nombre de «Finlandia» grabado).
Cerca del atracadero dimos con un restaurante de «comida típica escandinava» cuya característica es que se situaba dentro de lo que fue un elegante «Banco»:
el comedor se encontraba donde estaba el lugar para la «atención a clientes»
y los sanitarios donde se situaba «la bóveda».
Un atractivo aprovechamiento de los espacios entre
la ayer «institución financiera» y el hoy «restaurante».
Con platillos (yo les llamo «de muestra» o «de probadita») que los famosos «restaurantes» actuales acostumbran servir como algo muy «chic»
¡Ahhh éso si de «glamorosa» presentación!.
En la tarde hicimos el trayecto en taxi, hasta la noche que nos metimos a un “ice bar”.
¡»Me quedé frío»…nunca había estado en un lugar semejante!
Nos facilitaron ropa apropiada con protecciones adecuadas, pieles, guantes y el ¡típico disfrute del vodka bien frío!
Contiguo al bar estaba un famoso «restaurante español» (tipo «tasca») donde saboreamos unas apetecibles «tapas» con vino español en aquella región al norte del «Continente Europeo».
Con el desvelo despertamos a desayunar un poco tarde y salimos nuevamente a la zona de muelles, no sin antes pasar a conocer la «Catedral de Helsinki» que, aunque se le estaba dando mantenimiento a la cúpula, pude obtener una postal de ella.
Con boletos adquiridos en la «oficina de información turística» abordamos un barco para recorrer los alrededores de Helsinki.
El «tour» tardó apróx. 4 horas; el barco agradable y el restaurant («almuerzo incluido») adornado con mucha madera «estilo finlandés».
Después de desembarcar caminamos y caminamos perdiéndonos entre calles, entrando y saliendo de tiendas hasta que alguien se adelantó regresando «boletos en mano» y anunciándonos:
-«¡Los invito al cine !»
-«¿quéééé?»
-«¿Cómo qué al cine?»
-«¿Cuál película vamos a ver?»
-«¿Y el idioma?» …
-«¡Tranquilos!»
-«¡Es una película de Almodóvar:
-“»Los abrazos rotos”/»Särkyneet syleilyt»!»
(lo recuerdo y sigo admirado).
Hicimos tiempo tomando un café hasta que empezara la función.
Al sentarnos me llamaron la atención las butacas, ya que parecía que la sala estaba vacía.
(el diseño consistía en que aunque las cabezas no rebasaran el asiento se viera perfectamente; la sala estaba casi llena).
Empezó la película con un sonido excelente
¡asombrándonos que fuera en español y con subtítulos en su idioma («suomi»)!
Lo curioso era escuchar, cuando salían escenas de humor o «chistes»,
sus risas o hasta carcajadas de igual forma que nosotros lo celebrábamos.
¿Cuál diferencia entre el «humor jocoso latino» y el supuesto «humor serio de los nórdicos» si al final ambos reíamos y festejábamos por igual dentro de un cine finlandés?
…..“Toda una Sorpresa con Almodóvar” en Helsinki.
Saliendo, al término de la película, se nos atravesó un bar donde probamos y disfrutamos la cerveza de aquel lejano país.
Y llegó el lunes para cerrar maletas, dejar el «Hotel», el «Aeropuerto» y despedirnos de «la ciudad más grande de Finlandia» *en la cúspide de la «Península Escandinava».
*Nota: Algunas imagenes fueron recolectadas de internet, el objetivo es representar con dichas imagenes lo escrito, ya que no siempre me es posible utilizar imagenes propias debido a su antigüedad o calidad de las mimas.