Saliendo de la “Gare du Lyon” abordamos el tren que se llamaba “TTE”,
(Transporte, Telecomunicaciones y Energía)
ferrocarril de alta velocidad en aquel 1977)
…con dirección a la frontera con España.
Ahí iniciamos una nueva experiencia utilizando un boleto llamado “Eurail Pass”
(“…”pase” por 30 días para viajes flexibles en tren a través de Europa para ciudadanos no residentes en ese Continente…”
Una vez lo abordamos pasamos por:
“Toulouse” “Limoux” hasta amanecer en “Perpignan”
“…población francesa fronteriza con España: en el siglo pasado era la ciudad donde ir a ver las “películas para adultos” prohibidas en la Península Ibérica, debido a la estricta “censura” que existía.
Hoy en día es una ciudad pequeña y culta:
es hacer “un alto en el camino” rumbo a destinos vacacionales en la “Costa Azul” o en los “Pirineos Franceses”…”
…luego llegamos a la localidad catalana de Figueras, Gerona
(“..lugar de nacimiento y muerte del pintor Salvador Dalí…”).
…donde pasamos “migración”, cambiamos de País y también de ferrocarril. Aquí fue recordar una interesante explicación que mi padre me dio años atrás sobre el tren que ocuparíamos:
“El Talgo”, un “invento” español.
«Una idea original ya que pasaron de las “máquinas de vapor” a una “máquina con un proyecto futurista”, con un aluminio que le confeccionaba un diseño totalmente ligero, brillante, sin remates. Un tren con un centro de gravedad bajo incapaz de descarrilar y con la capacidad de alcanzar una velocidad desconocida hasta la época, teniendo como especial característica que los ejes van entre vagón y vagón y las dos ruedas del eje no se mueven a la par, son insolidarias. Esa libertad resolvía el principal problema, cómo salvar la diferencia entre el ancho de vías españolas y las europeas. España redujo el ancho de sus vias durante la guerra mundial, para no ser invadida vía ferrocarril.
…Reanudamos el viaje a Barcelona pasando por Girona.
El cambio de tren para nosotros fue pesadísimo; dimos varias vueltas para lograr abordar con todo y
iEl exceso de equipaje!
Seguimos la ruta hasta Valencia cruzando por Tortosa, Tarragona y Castellón de la Plana, llegando a
“La Estación del Norte”
(en valenciano “Estació del Nord”) finalizando así, el trayecto
París-Valencia.
Un edificio muy bonito al que varias veces me he referido,
ubicado a un costado de la monumental construcción:
“La Plaza de Toros de Valencia”.
Ya en “la terminal” todavía había unas vías más angostas para conectar la ciudad de Valencia con los pueblos situados a corta distancia:
denominado “tren de cercanías” o “tren suburbano”.
El ferrocarril de
“vía estrecha”,
“de vía angosta” o
“de trocha angosta” es un tipo de tren cuyo ancho de vía (“trocha”) es inferior al considerado “normal” del transporte ferroviario.
Los coches de viajeros “estilo americano” eran de madera igual que los asientos, medían 14 metros y estaba considerado modernos en su época con una capacidad para 40 personas.
En él nos dirigimos a Gandía la ciudad donde (he relatado sobre ello) vive mi hermana, su esposo e hijos desde hace casi 50 años.
Al subir al pequeño tren encontramos que estaba repleto y que el 99% de los pasajeros eran mujeres. Dada su vestimenta y aspecto, (aparentaban más edad de la que seguramente tenían ya que vestían de negro, cabello cano y muchas con pañuelo para la cabeza). …inolvidable imagen típica de lugareñas de aquella época, casi todas hablando en “valenciano”. Regresaban a sus pueblos porque, entre otros menesteres, venían a Valencia a realizar sus compras.
La mayoría tuvieron “que ver” con nosotros:
-“Los mexicanos que iban a Gandía y traían una montaña de maletas”
Como no encontramos sitio, nos fuimos a la locomotora donde estaba el maquinista y
espacio para viajeros. Subimos e hicimos una torre con nuestros velices.
Finalmente llegamos a Gandía y “dimos” con la casa de “Tino y Chata”; ella abrió la puerta y al verme me dijo:
“Tú tienes que ser Lalo”
y nos fundimos en un abrazo.
Hacía 12 años que no nos veíamos; ella me dejó de 12 años y ahora estaba por cumplir 24.
Cuando se fué de Córdoba a España yo era un niño y
ahora me presentaba como un joven de 1.85mt.
(¡gran cambio!)
¡Nuestro encuentro fue muy emotivo!
Luego llegaron mi cuñado Tino de su trabajo en el “Banco”,
los sobrinos Luis Arturo y Monserrat del Colegio y…:
¡A comer, Octavio y yo, como náufragos se ha dicho!
Organizamos maletas escogiendo sólo lo indispensable para el recorrido (como narré) que emprenderíamos posteriormente.
Por entonces nuestra estancia fue breve.
¡Chata preparó una cena espectacular!
Después de los meses de escasa comida en Inglaterra,
nos desquitamos con los manjares que cocinó mi hermana, acompañado de un rico vino
(sin rebajar ¡Ja!)
y la apreciada sobremesa con mi cuñado que,
“pa’cerrar con broche de oro”,
abrió una botella de “Carlos III”.
Charlamos y charlamos hasta “muy entrada la noche”.
Al otro día después de un rico desayuno tomamos las maletas con carga ligera, además de una rica y abundante provisión que nos obsequió Chata, de chorizos, jamones, lomo, pan y una
“navaja de Albacete”
(todavía la conservo)
que nos “cayó de perlas” para ir cortando los fiambres y la hogaza.
Nuevamente tomamos aquel pequeño y angosto trenecito a Valencia. Con nuestro pase de “Eurail Pass” hicimos el transbordo en Barcelona y ahí tomamos el famoso tren plateado “El Talgo” destino Suiza (con dormitorio incluido); en Figueras abrió sus ruedas de metal atravesando Francia hasta alcanzar nuestro paradero:
“el País con la bandera cuadrada de dos colores (rojo y blanco).
La sangre derramada por los luchadores está representada por el fondo rojo. Se sacrificaron por su País para defender su libertad. La cruz blanca en el centro simboliza la unidad confederada.”
…bajando del tren apróx. a las 16:00hs. en la típica ciudad Suiza de Interlaken…
“Uno está tan expuesto a la crítica como a la gripe”
Friedrich Dürrenmatt
(Dramaturgo y narrador suizo)