He escuchado la polémica acerca de que si: «Tepito», «La Lagunilla» y «Garibaldi» forman parte del Centro Histórico de la Capital del País. Lo que es indiscutible es que son «los barrios más antiguos y cercanos entre sí de la Ciudad de México en donde se viven las costumbres más arraigadas y populares»……»leyendas urbanas» de barrios con una magia inigualable.
Un amigo nuestro, SergioArellano, en una velada de matrimonios nos explicaba el significado de Tepito (orgulloso y oriundo de «Garibaldi», colindante con ese barrio) nos contaba que afuera en esas calles de «tiendas» y viviendas se instalaban comercios informales con las clásicas mantas/lonas de color rojo donde acudían los citadinos en busca de precios más accesibles.
Entre «ríos de gente» entraban los «maloras» (la mayoría habitaban en «el Barrio») y formando «pandillas» cometían sus fechorías atacando transeúntes; lo robado se lo pasaban de «mano en mano» para escabullirse entre las multitudes y camuflarse, de ahí el significado de:
«Te pito» y sales corriendo.
¡Entonces al escuchar el silbido los maleantes se fugaban!
«Te pito», «Te pito», «Te pito»… ( te aviso, te alerto ).
Éso aprendimos, interesados y atentos, en aquella reunión de amigos.
«El Barrio Bravo de Tepito» no solo tenía ese toque singular sino también ser cuna de comunicadores como Ricardo Rocha, escritores y cronista como Armando Ramírez, boxeadores como el «Ratón Macías» y el «púas» Olivares, futbolista (y actual Alcalde) Cuauhtémoc Blanco, etc. etc.
Hoy en día «Tepito» conserva la fama de tener comercio barato y muy surtido (es decir ahí se consigue casi todo) y ubicados en la parte posterior de Palacio Nacional en «el barrio de la Merced» (cuna del famoso Jacobo Zabludovzky), almacenes propiedad de judíos y árabes.Barrios difícilmente delimitados entre sí ya que a un costado se localiza «el Barrio de la Lagunilla» aquél que diera vida a las películas protagonizadas por Manolo Fábregas (Don Abel), Lucha Villa (Doña Lancha), Héctor Suárez («el Tirantes») y Leticia Perdigón (Rita):
«Lagunilla mi Barrio I y II»:
de gran colorido en forma y fondo (ilustrando a la sociedad oriunda de esa zona)
con espléndidas caracterizaciones de los actores. Mercados y comercios variados donde Don Abel es dueño de una tienda de antigüedades…
Me recuerda las visitas domingueras, algunos fines de semana estando en la Universidad, a «La Lagunilla» donde en un «tianguis» (rastro de pulgas») se instalaban los anticuarios y «chachareros» a vender sus piezas; unas antiguas y otras «pseudo»…yo iba ahorrando unos pesos para adquirir la pieza deseada.
Muchos de los domingos asistía sólo como observador de artículos y personas («por ver no se paga»). Años más tarde acompañado de Dolores (mi novia) nos gustaba mucho pasear y pasar esas horas inigualables de aquélla época.
Saludar al «Chácharas» (amigo de mi tío Paco) quien tenía piezas lindas pero inaccesibles para mi bolsillo.
Gastar y Gastar Zapatos!
¡»Ay, qué tiempos señor don Simón»!
«Garibaldi»:
Como introducción deseo anexar un párrafo del editorial de «la revista Viajar»
escrita por el Director Mariano López en enero de hace unos años titulado: «Plaza Garibaldi».
«La Plaza Garibaldi derrama a todas las horas música, humor, talento y un especial atractivo: su hospitalidad, que es el mayor valor turístico de la Ciudad de México, tal y como le gusta subrayar a Luis Eduardo Ros, el maestro del turismo mexicano desde hace dos décadas y actual director del Instituto de Promoción Turística de la Capital. Con Luis Eduardo Ros he tenido el honor de compartir muchos momentos intensos y mágicos en la Ciudad de México, todos debidos a la simpatía con que acogen los mexicanos a los forasteros
Hace años me dio un gran consejo viajero, que he procurado seguir siempre, al pie de la letra.
«Cuando vengas a México -me dijo-procura que tu programa de viaje tenga espacios en blanco.
Déjate tiempo libre para que ocurran cosas. Lo que te suceda en esos momentos, no previstos, será parte de los mejores recuerdos que te llevarás de México…….conviene hacerle caso:
hay que viajar a la Ciudad de México, visitar la Plaza Garibaldi, cantar con los mariachis en «El Tenampa» y
dejar que la hospitalidad de la plaza obre su magia e inunde nuestros sentidos con una música que contagia
pasión por la vida y que ya se ha convertido en Patrimonio de la Humanidad.»
Y si hablo de Dolores cómo poder olvidar «La Plaza de Garibaldi» donde se dice que «el mariachi no duerme».
Aquella noche donde acudimos ella, Tere mi hermana y yo con un amigo de la familia Juan Sánchez Panadero (quien llegó de niño a Córdoba procedente de Valencia, España, «amante de la música mexicana» y sensible conocedor de los mariachis)……. fue llegar a «La Plaza» donde se acercaban los grupos de mariachis para ofrecer sus servicios.
Juan observaba y cuando creía oportuno seleccionaba a uno solicitándole que tocaran «Caballería Rusticana»….entonces escuchaba las trompetas y en duelo el sonido de los metales y «al grupo» que «pasó la prueba» lo contrató…….hasta «los primeros rayos del sol». Durante esa noche sentados en la acera en «la Plaza Garibaldi» le pedí a Dolores que fuéramos novios; Juan llegó a interrumpirnos y mirándonos fijamente nos dijo:
«Ustedes se van a casar y estarán juntos para toda la vida»
yo le pregunté:
¿en qué «bola de cristal» lo ves?
Pues más de 40 años después de aquellos sonidos de trompetas y «música de Mariachi» (que escuchamos en el singular y mágico Garibaldi) Dolores y yo seguimos juntos por Gracia de Dios.
