¡ De Berlin a Varsovia !... Tren Ruso.

¡ De Berlin a Varsovia !… Tren Ruso.

Era una noche de diciembre del año 1993 cuando subíamos en un tren de la estación «Zoo Garden de Berlín» dirección a Varsovia;
al alzarnos con todo y maletas me llamó la atención que salía mucho vapor de abajo de los vagones
(parecía una escena de una película filmada en una “terminal de ferrocarril» rusa),
lo delataban las letras en alfabeto cirílico y los emblemas garigoleados en el techo de los «gabinetes/dormitorios» destinados para los cuatro: Toño y Nora, Dolores y yo.
Por la hora, la mayoría de los pasajeros dormían;
en la esquina del vagón había un enorme «samovar» («tetera rusa»)
en el borde del piso también se observaba más del vapor que mencioné.
Después de beber un té (me lo sigo saboreando) en un vaso con escudo de la «Unión Soviética», nos dormimos ya que al día siguiente había que levantarse temprano. Fue hermoso, cuando abrí las cortinas, ver aquel paisaje invernal cubierto de nieve. Los habitantes de cada Región, pensé, se adaptan a vivir tanto en altas como en bajísimas temperaturas imperantes en esa época del año.
Nos anticiparon que ese tren era «de paso» con una escala mínima (suficiente para bajarnos) en Varsovia informándonos, además, que debíamos tomar las precauciones pertinentes.
En el andén conseguimos un taxi que nos condujo hacia un céntrico hotel. Aunque largo el camino encontramos uno a nuestro gusto y ubicación curiosamente muy cerca de ¡la “Estación Central de Ferrocarril»!
La habitación era, para nosotros rara, grande pero con dos pequeñas camas casi del ancho de un catre;
también de un diseño extraño el edredón que las cubría ya que tenía una abertura en el centro para facilitar la limpieza de la funda en la que estaban envueltas.
Aunque llevaba literatura sobre la capital de Polonia que conseguí (en su Embajada en México) cuando se tramitó la «visa» me di a la tarea de obtener más información por otros medios ya que, en aquellos años, ese País no tenía suficiente difusión turística.
Apenas «libramos» para llegar a comer a un Restaurante de «platillos típicos polacos».
Uno de ellos: la famosa «sopa de betabel» ó «barszcz czerwony».
Existe además el «Vodka» como licor nacional,
(«…Polonia está considerada la cuna de esta bebida espirituosa, parte de su identidad cultural y actualmente uno de los «tragos fuertes» más consumidos del mundo…») una extensa variedad:
«El Vodka Zubrowka», «complejo y enigmático con notas herbáceas, heno, vainilla y flores de primavera…»
Según una tradición el «Vodka» deberá beberse en​ pequeños vasos servidos a «ras» y sin tirar ni una gota significando con ello que quien lo ingiere es una persona «de fiar» (de confianza). Yo conocía esta costumbre aproximadamente una década antes (que frecuentaba un «Restaurante Polaco» en la Ciudad de México) y para mi «buena estrella» no derramé ni una gota de este preciado elixir polaco. ¡JA!
Salimos al corazón del barrio más antiguo de la ciudad donde se localiza la colorida «Plaza del Mercado» (Rynek Starego Miasta) una concurrida localidad con hermosas casas y elegantes restaurantes polacos, valorada como «Patrimonio de la Humanidad».
El «Casco Antiguo» es un centro turístico con callejones adoquinados y edificios medievales reconstruidos tras los bombardeos alemanes de 1944. Cerca de ahí está la «Catedral de San Juan» del siglo XIV.
Varsovia es éso. Es la cuna de hombres ilustres como:
Nicolás Copérnico, Marie Curie, Federico Chopin, Arthur Rubinstein, Lech Walesa, San Juan Pablo II, Wislawa Szymborska, Roman Polanski, Irena Sendlerova, Helena Rubinstein, Max Factor entre otros.
Es también tragedia:
A mediados de 1940, un total de 90.000 familias judías fueron desalojadas de sus hogares y trasladadas al interior de Varsovia al «Ghetto» judío más grande y mortal de Europa establecido por la Alemania Nazi en ese País durante el «Holocausto» de la «Segunda Guerra Mundial». Cientos de miles de ellos serían deportados a los «Campos de Exterminio» en Polonia, aunque su final tuvo algo heroico porque los últimos supervivientes decidirían armarse y defenderse de sus verdugos en un acontecimiento que sería conocido como el «Levantamiento de Varsovia»…»
al siguiente día después del desayuno conseguimos un “Turibus” en una empresa de nombre «Mazurka» y con él hicimos el «Recorrido por la ciudad»:
-«Monumento a los Héroes del Gueto» ubicado junto al «Museo de la Historia de los Judíos».
-Visitamos el «Palacio Presidencial de Varsovia»
uno de sus representantes más conocidos fue Lech Walesa
(cofundador de «Solidaridad», el primer sindicato libre en el Bloque del Este, y «Premio Nobel de la Paz»)
«Presidente de Polonia de 1990 a 1995. De bigote grande y espeso, con un carisma muy especial.
-«El Museo de Chopin», «…moderno e interactivo donde se da a conocer la vida y obra del compositor polaco en el contexto de la época…»
-Transitamos por un parque grande en pleno «centro de la ciudad»: el «Parque Lazienki.»
-Aunque nos tomamos unas fotos frente al edificio, no tuvimos oportunidad de visitar el «Museo Nacional de Varsovia» el más grande de la ciudad cuyas obras abarcan varios siglos.
-Pasamos por «…El Gran Teatro de Varsovia (en polaco, «Teatr Wielki») es un complejo teatral arquitectónico sede de la «Ópera Nacional Polaca»…»
-Posteriormente visitamos el «Castillo Real de Varsovia» «…que es la oportunidad de conocer a fondo una de las mayores reliquias arquitectónicas de la ciudad…»
-Así pudimos llegar hasta «El Monumento al Alzamiento de Varsovia» en la Plaza Krasinski;
-«…»La Barbicana de Varsovia» una de las pocas reliquias restantes de la compleja red de fortificaciones históricas que una vez rodearon Varsovia…»
-Muy cerca del «hotel» donde pernoctamos se encuentra «…El Palacio de la Cultura y la Ciencia»:
un edificio durante muchos años el más alto de la ciudad y uno de los más altos de Polonia…»
a unos pasos está, como expresé, ¡la «Estación Central de Ferrocarril»!,
lugar donde abordamos un tren para despedirnos de la sobria e histórica Varsovia en las postrimerías de aquel 1993.
Me quedé con la reflexión de lo que el hombre es capaz de concebir, luego él mismo arrasar destruyéndolo todo para al final reconstruir o volver a crear…

«Se acostumbra a definir a Varsovia como capital heroica y mártir, aunque lo cierto es que esta ciudad polaca es una superviviente nata, que resurge con orgullo y valores nuevos tras cada revés histórico.»

*Nota: Algunas imagenes fueron recolectadas de internet, el objetivo es representar con dichas imagenes lo escrito, ya que no siempre me es posible utilizar imagenes propias debido a su antigüedad o calidad de las mimas.

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