Fungía como «asesor» del «Ministro de Turismo de Venezuela», Wlimar Castro , cuando me pidió que estuviera presente en «el encuentro de los representantes de turismo de los Países Andinos» (unión de los países que comparten la cordillera de los Andes) con el propósito de sumar esfuerzos en materia turística para atraer visitantes.
A mi juicio un idealismo difícil de aterrizar (conclusión a la que llegaría luego de participar en más de una de esas reuniones)
Esa vez arribamos a un lugar mágico y bellísimo a través de la Gran Sabana: (de cuya belleza ya se había comentado en México años atrás) ¡»Canaima»!.
Después de algunos transbordos aéreos llegamos a una pequeña población donde abordamos unas «vans» ( camionetas ), de ahí a un campamento lindísimo (dos hileras de cabañas que daban a una laguna con unas cascadas al fondo) estábamos a pocos pasos del agua; la habitación muy cómoda con un espacio a la entrada techado de teja y un «chinchorro» (amaca) colgando. Sólo dormir ahí era un espectáculo para la vista y el oído dado el sonido que producía la cortina de la caída de agua constante….
¡que «no desconectaban» JA!
el cual me arrulló durante toda la noche y me acompañó en el día..
Al despertar y abrir la puerta encontré una guacamaya afuera de mi cuarto, así hallé varias en el caminito hasta llegar al Restaurant.
Lo que no imaginé es que fueran, también, compañía de los demás comensales en las mesas.
¡Qué colorido, toda una exhibición!
Al cabo de algunas reuniones subimos a unas canoas de regular tamaño que nos trasladaron hasta un costado de la cascada (la que anteriormente describí y ponderé). El guía, un indígena «pemón» (que hablaba 7 idiomas) bajó, se adelantó y desapareció, hasta que lo vimos de pie sobre una piedra y con un «taparrabo» de piel. Atravesamos por atrás, entre la caída del agua y la pared de tierra, por un camino resbaladizo que nos producía una sensación agradable pero también llena de adrenalina…
y ¡el guía al frente !
Posteriormente nos llevó por el río, luego caminamos para apreciar la parte superior de la cascada y otras caídas de agua. Regresamos a comer en medio de la naturaleza entre flora y fauna.
Ya en la noche tuve una de esas magníficas experiencias que me ha tocado vivir al impartir algunos seminarios. En esta ocasión era a los guías de la zona, «indígenas pemones», a las 21:00hrs. (desafortunadamente nuestro «guía», que ya se había disculpado, no pudo asistir porque coincidía con su clase de japonés)
Después de un día de trabajo resultaba meritorio ver a la gente interesada en «capacitarse» (a pesar de algunas condiciones adversas podía apoyarme con sonido y «power point» allá en lo recóndito del «país Bolivariano»).
Como ya he comentado en otros de mis escritos:
«si das, recibes más»
¡Qué gran intercambio con los indígenas laborando en Canaima en el área del turismo!.
Al otro día después de desayunar (entre guacamayas) pasaron por mi al campamento para abordar una avioneta y sobrevolar «la región».
(¡así pude cumplir, lo que años atrás había visto en aquel reportaje de la TV, uno más de mis sueños y quedar literalmente maravillado!).
Gracias a Dios se dieron las condiciones para ver la caída del «Salto del Ángel» la más alta del mundo, con una altura de 979 m/casi un kilómetro (807 m de caída ininterrumpida)
I M P R E S I O N A N T E !
Volamos de frente, de lado, a baja altura, totalmente arriba, cerca y lejos, tomé fotos «como si fuera a pasar de moda»: («N»cientas).
¡Vaya experiencia!
Con ello recordé un vivencia similar cuando fui a dar una conferencia a Lima, entonces me tocó «planear» el «Machu Picchu».
Para mi, dos premios únicos:
«Canaima»: su «Habitat natural» pero, principalmente, «el Humano».
«Machu Picchu» (una de las «7 maravillas del mundo moderno»):
por lo que es capaz de crear el hombre no importando época ni espacio (obra maestra de arquitectura e ingeniería).
Bajé de la avioneta y por días, semanas y meses tardé en «aterrizar» y asimilar lo vivido.
Se dice que el agua que brota del («Salto del lugar más profundo»/su significado en «pemón») «…cae con un ensordecedor bramido y desaparece entre una densa bruma de agua pulverizada..»
¡Qué razón tenía aquel embajador cuando dijo que:
¡»ésta era una de las maravillas naturales del planeta» !
El cantautor Montaner tiene entre sus canciones una :
«La Cima del Cielo»
«…de llevarte a la cima del cielo
donde existe un silencio total , donde el viento te rosa la cara ..
…»Dame una sonrisa
dame seriedad
dame si es posible
la posibilidad.
De llevarte a la cima del cielo…»
Yo quiero pensar en esa cima como la del «Salto del Ángel».
Tiempo después el «ministerio de turismo del País» me encargó que se realizara la imagen turística de Venezuela en mi oficina.
El tema que propuse y se aceptó fue el «Salto del Ángel «.
Hoy, siempre que veo una foto de esta caída de agua, recuerdo mi viaje a Canaima y
¡mi trabajo en el Turismo de Venezuela!.