Acultzingo Km. 34 Carretera Federal 150.
De pequeño acompañaba a mi padre al «Campo de Tiro al Blanco del Club Orizaba de Caza Tiro y Pesca» (del que fue Presidente por muchos años) situado totalmente en despoblado y localizado frente a la «Sierra» o «Cumbres de Acultzingo» en el Municipio del mismo nombre (aún conservo mi credencial de socio de cuando tenía 14 años de edad).
Recuerdo a finales de los años cincuenta y principio de los sesentas el subir y bajar esas cumbres con mis padres (en diferentes autos) tengo muy presente como él conocía esos 11 kilómetros de memoria (curvas que se tenían que circular en forma contraria por lo empinadas y estrechas). Además me contaban que a principios de los cincuenta regresando con coches nuevos de la «Chrysler de México» (para la «Distribuidoras» que tenían la familia) dada la niebla o neblina «tan espesa» era necesario que mi mamá bajara del auto para indicarle el camino en las partes que carecían de «mojoneras» o las líneas de señalamiento.
También me platicaron que en esa misma carretera (con «mal tiempo») conduciendo un «Desoto» mi padre no vio el auto que venía de frente y al verse obligado a esquivarlo se encontraron con un barranco balanceándose peligrosamente hacia adelante por lo que, con el mayor de los cuidados y delicadeza, se pasaron a los asientos traseros para contrarrestar el peso saliendo por las puertas de aquel largo vehículo y salvándose así de un fatal accidente a la vez que evitaron que el vehículo se precipitara al vacío…..después de aquéllo la «fábrica» les repuso ese auto.
Otra ocasión inolvidable de aquellos viajes era el «alto en el camino» en la «ermita» donde se encuentra la Imagen de la Virgen de Guadalupe (misma que ha crecido a través de los años) con una caída de agua a un costado cuyo «chorro» dependía de la temporada del año (importante detalle era que dada la pendiente donde se estacionaba el auto había que poner piedras en las llantas para evitar que se deslizara descontrolado) hacíamos una oración de agradecimiento por «el buen camino»… Hoy más de medio siglo después, cuando transito por las «Cumbres de Acultzingo», ¡no olvido agradecer y pedir por ellos!
Recuerdo también que en las curvas más altas había un paraje (en la época de la colonia subían las carretas tiradas por caballos; ahí descansaban o cambiaban de animal) un importante «alto en el camino»….hoy solo quedan vestigios de esas paredes.
Ya en la cúspide se nombra «Puerto del Aire» ahí se encontraban tres o cinco casitas, como abandonadas; en una de ellas quedó una solitaria «tiendita» con refrescos, galletas, golosinas y tal vez hasta «pulque» (ya que en este lugar abundan los magueyes del que se extrae esta bebida típica de la región). En ese lugar algún día pude observar un teléfono antiguo de pared (ya he explicado mi gusto por las antigüedades o cacharros viejos) como me interesó pregunté con la intención de adquirirlo. Había un viejito que era el dueño y lo cuidaba celosamente dudando si conservarlo o venderlo (el aparato estaba en excelentes condiciones) me detuve en aquel lugar no menos de diez veces (mismas que recibía diferente respuesta) sin que se decidiera. Llegó el día en que ya no encontré al anciano me dijeron que había fallecido; entonces busqué algún familiar que estuviera interesado en venderlo pero para mi desilusión el teléfono ya «había desparecido».
Años después conseguí uno similar, dicen que:
«el que persevera alcanza».
…y siguen las anécdotas:
A escasos 2 o 4 kilómetros de la entrada al «Campo de Tiro» está «el kilómetro 34» de la carretera 150 Tehuacán / Córdoba conocido como «la zona del silencio» «..donde ocurre un fenómeno que nadie ha explicado y que llama la atención de propios y extraños, se registra en automóviles y líquidos, que en lugar de caer como lo harían en cualquier lugar, tienden a subir…»
….Al poner en «punto neutral» las velocidades del auto situado en lo alto de una loma en lugar de descender, ascenderá.
«..En este sitio donde el único sonido es el paso del viento al rozar las ramas de un árbol, además del canto de algunas aves, incluso, al derramar agua sobre la carpeta asfáltica, a pesar de ser una inclinación, el líquido no baja, por el contrario, se va hacia la parte alta….»
«….El kilómetro 34 es una zona árida, de poca vegetación y a lo lejos cruzan las vías del ferrocarril por lo que algunas personas suponen que se trata de magnetismo que produce el tendido ferroviario, pero nadie lo ha confirmado….»
¡Es por ello que en el kilómetro 34 la gravedad de la Tierra no se respeta!
*Te recomiendo no perderte el vídeo anexo, para ver mejor el km. 34.