¡El día que deje de “Gastar Zapatos”!

¡El día que deje de “Gastar Zapatos”!

En los “Caminos de mi Vida” he tenido la fortuna de “Gastar Zapatos” por muchos lugares del Mundo.

Para escribir las semblanzas de los “cercanos” que han fallecido abrí un “apartado” especial (en mi “Página”/Blog”) denominado “Post Morten”.

A excepción de los dos años de la reciente “Pandemia COVID-19”, me ha tocado asistir a muchas de “las honras fúnebres” de algunos de ellos, vistiéndome de oscuro para darle más seriedad al “acontecimiento”.

De acuerdo a tradiciones y costumbres de ciertas zonas de mi País anteriormente se “velaba” en los hogares, (acompañar a la familia, amigos, conocidos y vecinos de los “dolientes”, toda la noche anterior a que el fallecido fuera sepultado) donde se demostraba devoción, principalmente con rezos y al siguiente día la ”Misa de Cuerpo presente” para proceder luego a “sepultarlo” o “incinerarlo” (según los deseos de los “deudos” más cercanos). No faltando quienes de acuerdo a los gustos o última voluntad del finado, se hacían acompañar con música de “mariachis”, “marimba”, o la de su preferencia.

Cambiaron los tiempos y surgieron “las funerarias”/ “velatorios” y “tanatorios”, limitando la permanencia a horarios, tanto de acceso como de estadía argumentando principalmente temas de “jornada laboral” o de “seguridad”.

Llegó la costumbre de “…”la cremación” o “incineración de cadáveres”; una práctica milenaria que consiste en quemar los cuerpos de las personas para disponer de ellos tras su muerte. Según los historiadores, para muchas civilizaciones antiguas y contemporáneas, “la cremación de sus muertos” tiene implicaciones religiosas y sociales. En algunas épocas fue muy común, mientras que en otras civilizaciones fue prohibido por completo…”

«Polvo eres y en polvo te convertirás»:
una máxima que se ha repetido por siglos como una forma de definir lo que ocurre con nuestro cuerpo una vez acaba la vida…Como podemos observar brevemente, los rituales funerarios a través de la historia se han ido gestando desde los inicios de la humanidad. Estos rituales aparecen por la necesidad que tiene el ser humano de preparar y despedir a sus seres queridos, pero también por contar con la satisfacción de la permanencia del espíritu del fallecido entre otros, estos ritos han estado condicionados por diversos factores como las creencias religiosas y la forma de afrontar la muerte de cada cultura es por esto que cada sociedad tiene una visión diferente sobre este fenómeno , sin embargo, todas tiene puntos en común (velatorios, entierros, incineraciones, momificaciones, cremaciones, creación de monumentos o lápidas, sacrificios, etc.)…”

“Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
Aunque sea de oro se rompe,
Aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí…”

…para todos llegará esa “Fecha” y yo me he cuestionado cómo va a ser el día que deje de “gastar zapatos” y sea mi partida final como decía Alberto Cortez…:
“…Pero sé, bien que sé…
Que en el viaje final escucharé
El ambiguo tañir de las campanas…”

Surgen muchas preguntas sin respuesta porque ya no estaré.

Lo que sí es que he procurado vivir de acuerdo a mis valores religiosos, éticos, profesionales; intentando dejar a mi paso enseñanzas y buenos recuerdos. Por ello seguro más de uno (empezando por mi esposa, hijos, además de familiares y amigos) extrañarán mi ausencia.

He tenido la suerte de haberme desempeñado no solo como profesional sino también como maestro y conferencista estrechando manos, sembrando en cada uno de ellos semillas de conocimiento:
¿Qué si germinaron en todos?
¡Difícil de determinar!

Lo que sí es que a mí me movió la mejor de las intenciones; ésos me recordarán y tal vez algunos podrán darme el “postrer adiós”.

¿A qué familiares les tocará asistir?

Tengo un primo hermano que me dice:
Si te mueres en Córdoba probablemente vaya a tu sepelio; si es en Xalapa, no lo creo; si es en cualquier otro sitio, desde ahorita me disculpo, te acompañaré solo con el pensamiento.

¿Dónde me tocará el momento final?
¿Quién va a celebrar la Misa?
¿Será, Dios quiera, mi querido sobrino Rafa?

Dijera un amigo:
-“todo pasa, todo pasa, hasta la ciruela pasa”
y yo le he agregado:
“… y después de todo… no pasa nada”
¡Venimos, nos vamos y la vida sigue igual!

Indudablemente habrá quién se encargará de incluir en el “POST MORTEM” de “Gastando Zapatos” alguna semblanza mía, como las tantas que redacté.

Por mi trabajo en Turismo, repito, he “Gastado Zapatos” por muchos sitios del mundo y he entregado infinidad de (las antes distintivas) “tarjetas de presentación”.

He conocido miles de gente y con varios he entablado amistad.

Seguro a alguien se le ocurrirá la “buena puntada” de ponerme los zapatos más gastados que tenga como una especie de analogía de lo mucho que recorrí a lo largo de mi bendecida vida.

Me contaba un amigo, vecino en mi ciudad natal y residiendo desde hace varios lustros en “El Reino Unido”, que allá se acostumbra durante las exequias destacar las vivencias que los unió con el finado, sus mejores experiencias, así como sus grandes cualidades y valores.

En nuestra cultura no se estila aunque tengo un hermano (de elocuente discurso) que suele tomar la palabra en esos sentidos momentos.

Quizá este tema tenga una dosis de “prohibición”:
“…La muerte es la única certeza de la vida, pues todos sabemos que nos vamos a morir, pero no sabemos cuándo.
Sin muchos dramas, asumir la futura muerte ayuda a vivir el presente.
Por eso, si todos lográramos derriba ese “tabú” de la muerte, quizás lograríamos disfrutar más de la vida…”

Esta reflexión la hice a insistencias de un amigo quien me sugirió:
-¿Por qué no haces un “gastando zapatos” sobre este asunto?
Me gustó la idea y la desarrollé:
¿qué pasará o cómo será el día que deje de “gastar zapatos”?

Finalmente ya no será importante quién me despida aquí… El siguiente paso, según mis creencias religiosas, será el gozar eternamente de la Presencia del Creador,
Amén!!!

Jesús le dijo:
“Yo soy la Resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre.”

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A través de una vida ligada al Turismo, a la Comunicación, a la Promoción y la Mercadotecnia hoy la tecnología me permite transmitirte, en diversos canales, los diferentes ámbitos de algunas de mis experiencias, ocurrencia, anécdotas, etc. por el mundo, tanto como turista como por estudioso del Turismo.

Es por ello que, con gran emoción, te presento a: «Gastando Zapatos», deseo disfrutes de mis escritos y me encantaria escuchar tus comentarios, ya sea a traves de este sitio web o alguna de mi redes sociales.

Turismo son experiencias !
“Viajar es conocer y conocer es vivir “
Tu amigo e incansable viajero…
Luis Eduardo Ros

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