Era el verano del 1974,
había salido de Córdoba con Toño y Octavio por la “Carretera Libre” a La Tinaja, luego Tierra Blanca hasta llegar a Tuxtepec donde saludamos a sus hermanos gemelos y
“cargamos batería” para continuar nuestra travesía cruzando la Sierra Madre Occidental
(una “ruta”, en aquel tiempo, de reciente apertura).
Como era muy sinuosa nos obligaba a conducir
(en algunas curvas)
casi “a vuelta de rueda”;
con unas vistas maravillosas ,
un verde impresionante
entre cascadas y riachuelos a la orilla del camino además,
de desfiladeros donde no se alcanzaba a ver el fondo de las barrancas. Transitada sólo por algunos camiones cortos cargados de madera sacada de todos esos interminables bosques.
Horas y horas con sendas de exuberantes paisajes.
Un México sorprendente con grandes extensiones inexploradas en aquella década de los 70’s.
Empezamos a distinguir los “Valles Centrales” del Estado donde nació Benito Juárez.
Es más, pasamos por el pueblo
que en zapoteco significa: «Laguna del encanto” o
“Laguna encantada»:
i Guelatao !
(que es donde él vio la “luz primera”).
Tocamos finalmente la Capital: Oaxaca
Recuerdo el “Hotel” en que nos hospedamos, así como el lugar
(de los “Portales”)
donde comimos ya entrada la tarde.
Recorrimos la Ciudad, deteniéndonos en “El Mercado”
(“…lleno de sorpresas que reflejan en sus locales y hasta su último rincón, toda la cultura y tradición del Estado…”)
Allí compré unas sandalias típicas que me gustaron tanto
(todavía las conservo,
46 años después).
Desde luego tomamos mezcal, disfrutando el tradicional chocolate y su rica gastronomía.
Al tercer día salimos rumbo a Acapulco
“…Fue el primer destino turístico de México y la primera playa tropical de Norteamérica…”
(teníamos juventud para enfilarnos hacia cualquier camino, nos movía la ilusión de conocer “La Perla del Pacífico”).
Ya en el paradisíaco “Puerto” nos hospedamos en
“El Mirador”:
“…el más sobresaliente y atractivo “Hotel”
(a principios de 1958)
con su famoso “Bar de Playa” “Cantarranas” al que se bajaba por “teleférico” y reunía cotidianamente a renombrados artistas tanto de México como de Hollywood. Alrededor de la alberca podían estar presentes figuras como Dolores del Río,
Germán Valdés (“Tin-Tan”), Mario Moreno («Cantinflas”), Errol Flynn, Maureen O¨Hara, James Stwart, Humprey Bogart, Elizabeth Taylor, Richard Burton, el famoso «Tarzán», Johnny Weissmüller, Brigitte Bardot, etc., así como personalidades del mundo político y deportivo.
“Dicen” que uno de los destacados romances que nacieron en esta hospedería fue el de la actriz mexicana María Félix y Agustín Lara. “La habitación 101”, donde ellos pasaron su “Luna de Miel”, se las ofrecen a los “lunamieleros”.
También aquí se filmaron novelas como «Tú o Nadie» y «Mi Pequeña Soledad».
“Pocos sitios de México son más conocidos a escala mundial que “La Quebrada” en el turístico “Puerto Guerrerense”,
gracias a su espectáculo de los clavadistas quienes ante la mirada acuciosa de viajeros provenientes de diferentes Continentes, se lanzan al vacío desde una impresionante altura para sumergirse en el mar entre los ríspidos acantilados.
Esta muestra de audacia se repite varias veces cada día y
“el punto de mira” para disfrutarlo
ha sido el legendario
(de apróx. 87 años actualmente)
“Hotel El Mirador”…”
“En la mente de muchos cinéfilos ha quedado grabada la escena en la que “Cantinflas” cae al mar y sale ileso luego de ir a buscar a su ahijado “Chavita”, quién había escalado hasta lo alto de “La Quebrada” en el filme “El Bolero de Raquel”.
…continuando con la narración,
al siguiente día conocimos las locaciones donde se filmó la película:
“Buenos días Acapulco” (1964)
con “Viruta y Capulina”
“…En las escenas de la película se observan los hoteles de moda: “Acapulco Hilton”, “Las Brisas”, “Club de Esquís”, “Ritz”, “Maris”, “El Presidente”, “Casablanca” y “Elcano”, así como el Club de Yates…”
Nosotros con nuestro raquítico presupuesto de estudiantes (todavía más “recortado” después de haber pasado una noche en “El Mirador”)
cambiamos de “Hotel” a uno
(con “tarifa preferencial” por ser el “Gerente” un amigo de nuestra natal Córdoba)
situado al lado del “Hyatt”.
Luego tomamos
el Paseo en el entonces llamado
“Yate Fiesta” que,
entre los “brindis” y
el “vaivén” del oleaje,
nos provocó tremenda mareada.
Visitamos “Pie de la Cuesta”,
“Puerto Marqués” y
después encontramos un lugarcito donde nos sirvieron el delicioso “pescado en vara”.
Como el viaje lo hicimos en auto (“Renault 12”) pudimos recorrer
“de extremo a extremo” la Bahia.
“La mocedad es un sol de verano.”
Regresamos por “La libre”,
Acapulco-Cuernavaca-México
con los bolsillos vacíos de efectivo pero plenos de vivencias luego de haber
“gastados zapatos”
y muchos kilómetros en aquel verano de 1974, para posteriormente comenzar un nuevo semestre en la Universidad.
Por cuestión de trabajo y esparcimiento he vuelto a Acapulco,
aunque nunca a “El Mirador”
no olvido aquella vez que con mi par de amigos pernoctamos en sus instalaciones…
“Hay lugares donde uno se queda, y lugares que se quedan en uno.”
