El “pick up” en los años 60’tas …con mi mamá

El “pick up” en los años 60’tas …con mi mamá 

-“Mami, ¿A qué hora nos vamos al Mercado?”…
Le decía a mi madre siendo yo apenas un niño, (los sábados cuando todavía no practicaba fútbol en “La Salle”) con la ilusión de que me comprara “una malteada de fresa” en un vaso grande, leche fría, fresas naturales, cucharada de malta (“cereal derivado de la cebada o el trigo”), azúcar y al final una espolvoreada de canela)…
…Mmmmm: “Todo un placer para el paladar”.
-“…lo recuerdo y lo vuelvo a saborear”.

Nos íbamos a pie o, en ocasiones, nos llevaba en auto uno de los hermanos mayores que estuviera en casa.

Yo ayudaba con la canasta vacía (de mimbre tejida) y cuando regresábamos no permitía que yo la cargara. Siempre indicándome mientras caminábamos:
-“al rincón” (es decir la acera o lado de la pared) que es el lugar que se les da a las mujeres, los adultos y a los niños.

Esa fue una de sus tantas enseñanzas que se me quedaron grabadas y que en su momento cumpliría “al pie de la letra”.

“Alguien, a mi juicio equivocadamente, diría que eran “usos y costumbres de aquella época”:
“La cortesía no es anticuada: ser amables y educados con quienes nos rodean, sin hacer distingo de condición, es una disposición atemporal que añade calidez a las relaciones humanas y que merece ser preservada por todas las generaciones”
“@EspacioAF”

“El Mercado Revolución” (en mi natal Córdoba) quedaba como a 10 cuadras largas de la casa y hasta allá íbamos y veníamos. Dependiendo la época pasábamos antes por los abarrotes “La Merced” localizados en la Ave. 4 entre las calles 5 y 7 junto a “Vidrios y Marcos” de Don Pepe Beverido y de un “portón” donde estaba una “Juguería” (creo que era de los Jiménez) razón principal, como expliqué renglones arriba, de mi “acomedimiento”: Mi deseo era que fuera lo primero, pero ella me daba ese gusto al final.

Una vez hecha “la compra” que normalmente cabía en una o dos cajas amarradas con un “mecate” (cordón o cuerda), listas para llevar, las dejábamos en la “paquetería” de la tienda para al final regresar por ellas (Lo que hoy se conoce como “pick up”).

“pick up”:
“…qué consiste en utilizar una tienda como punto de recolección, donde el consumidor irá a recoger su pedido. Sin que signifique que se haya realizado necesariamente en dicho comercio, sino que ésta puede haberse efectuado previamente…”

Continuábamos entonces con la canasta ya vacía.

La mayoría de las veces nos metíamos a “La Iberia” ubicada en la Ave. 8 esquina con Calle 7, (frente al Mercado). Propiedad de la Familia Solana (española) atendida entonces por Don Fructuoso y su esposa. 

Eran unos mostradores largos de madera que posteriormente se convertirían en el primer supermercado de la ciudad dándole a Córdoba, a mi parecer, otro nivel ya con los típicos carritos, nada usuales en los años 60’tas.

Yo siendo niño, me sentía como en una gran Metrópoli. Jajaja!!!
Juegos e imaginaciones de niño.

“Ilusiona a un adulto y se convertirá en niño, ilusiona a un niño y moverá al mundo”

De igual manera aquí se quedaba la compra empacada para después pasarla a recogerla, repito:
¡el mencionado “pick up” de hace más de seis décadas!

Ahhh junto a “La Iberia” y antes de la “Juguetería y Bonetería” “La Popular” de Don Luis Kushida (japonés) había también una pequeña “Juguería” donde esperaba que mi mamá cumpliera mi sueño de la semana y que llegado el momento después de haberme acabado la ansiada malteada todavía, con el popote me entretenía absorbiendo las últimas semillitas que quedaban en el fondo del vaso hasta dejarlo completamente limpio y “Barriga llena, corazón contento”.

-“Lalo apúrate a acabártelo, que nos tenemos que ir”…
Me decía mi mamá.

Finalmente con la canasta vacía pero ya saciado mi antojo, entrábamos al citado “Mercado Revolución” y a comenzar “el recorrido” que hacía cada vez con sus “marchantas”.

-“Buenos días “marchanta”(clienta), ¿qué va a querer hoy?” 
-¡Hoy tengo tomate, cebolla “fresquecitos”!.
-¡Mire que buen aguacate!
Etc., etc.

Yo veía que no todo lo compraba con la misma persona o en el mismo puesto; caminaba de lugar en lugar buscando el mejor precio con el propósito (lo entendí décadas después) de “hacer rendir el gasto”. Tema de economía doméstica y presupuestos que, en este caso, las amas de casa de ayer, de hoy, y de siempre se encargan de administrar.

…y así recorría todos los pasillos del Mercado

…Afuera tenía “los marchantes” de la carne, pollo y pescado. Terminábamos con la canasta repleta y como la canción de “La múcura”:
¡“…La múcura está en el suelo mamá no puedo con ella, es que no puedo con ella”! 

Algunas veces al finalizar, mi hermano Roberto nos esperaba en una de las calles cercanas y si no, andando a casa…

Era raro pero hubo alguna ocasión en que no encontrando algún producto pasábamos a buscarlo a “Abarrotes Schettino”, justo frente a “La Botica del Mercado” de Don Reynaldo Pérez Franco en la Ave. 6. Además que cuando las “Juguerías” ya descritas estaban cerradas pasábamos a una al principio pequeñita que se ubicaba en calle 7 entre av. 1 y 2, junto a “Casa Aiza”, pero que luego se convirtió (a mis ojos) en una espectacular, cuyos dueños estoy seguro era de los Jiménez. Uno de ellos Salvador que fue mi condiscípulo en Primaria, ya en la Secundaria “le perdí la pista”. ¡Exitosos comerciantes!.

Hubo ocasiones en que nos sorprendió el “chipi chipi” o de plano hacía un calor insoportable; así que posteriormente en auto acompañaba a mi papá a recoger todo el mandado que habíamos dejado (como he estado mencionando) en alguno de los comercios ya narrados.

“…En la actualidad, los clientes tienen como uno de los principales valores la comodidad para comprar. Por ello el servicio de entregas a domicilio prevalece sobre el “pick up” o recogida en tienda. En especial las compras que se realizan en línea…”

“Ay, qué tiempos señor don Simón”
“En el recuerdo de los que aman no hay lugar para el olvido, sólo para la nostalgia de quienes en vida nos dieron tantas alegrías”
¡Te echo de menos!

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