Era el otoño de 1972 cuando llegué a vivir a la Ciudad de México a la calle de Atlanta # 147 colonia «Noche Buena», con el fin de cursar mi carrera profesional en la «Universidad La Salle».
En esa colonia, que muchos se refieren como «Nápoles», se encontraba la que planearon como «la ciudad de los deportes» compuesta por la «plaza de toros México» y «el estadio olímpico»;
ambos construidos bajo el nivel de la calle (“hundidos”) igual que el parque (que se encuentra a tres cuadras) compuesto de dos recintos denominado:
«Luis Gonzaga Urbina» coloquialmente llamado «parque hundido».
El «estadio olímpico» empezó su edificación en 1944 finalizándola dos años después; se dice que dicho «coliseo» fue planeado para «fútbol americano»
así que el día de su inauguración (6 de octubre de 1946) se celebró con un partido entre:
«pumas» de la «UNAM» y
«los aguiluchos» del «Heroico Colegio Militar».
El primer partido de «futbol soccer» fue:
«Veracruz» contra «Racing de Avellaneda»(Argentina)
el 5 de enero, 1947 ganando el «Veracruz» 2-1.
Fue entonces, y por mucho tiempo, la morada de los equipos de fútbol
«América» y «Necaxa».
«La casa de huéspedes» (cuyo domicilio ya mencioné) se ubicaba entre la «plaza de toros» y el «parque hundido». Ahí convivimos, por años y en diferentes épocas, varios amigos y/o familiares de varios estados del País y del extranjero.
Al poco tiempo de mi estancia llegó del norte (de ciudad Juárez, Chihuahua) Casandra y más de un año después (en 1974) su hermana Maria Dolores Velarde Mendoza hoy:
¡mi querida esposa!
Yo aficionado a «los toros» y en general a los deportes (teniendo gran variedad de exhibiciones) buscábamos, Dolores y yo, asistir a cualquier presentación dependiendo de «los guardado$» que hubiera juntado.
Ella me escuchó gritar los “oles”
(desde nuestro asiento en «sol general»)
a las grandes figuras taurinas; al igual que «echar porras» al «equipo de beisbol» “los cafeteros del Córdoba” en el «parque del Seguro Social» etc., etc.
Con los años me enteré que, aunque hasta la fecha no son mucho de su agrado los deportes, gustaba acompañarme ya que sabía lo que yo los disfrutaba.
El «estadio olímpico» (a tres cuadras de la «pensión») abrió sus puertas a mediados de los 70’s para un «partido de fútbol americano»:
«selección de mexicanos» contra un equipo de una «universidad de EUA».
Ahí fuimos a verlo una «palomilla» de «la casa» y nosotros dos.
A pesar de que ese recinto era poco utilizado tanto las calles donde se localizaba como muchas «cuadras a la redonda» (Holbein, Carolina, Detroit, Boston, Florida, Baltimore, A.Rodin…..e Insurgentes) fueron testigos de nuestras interminables caminatas de «novios».
Justo frente al «estadio» (en una esquina) estaba instalado un rico lugar de tacos “Las Cebollas” (Holbein y Florida) y más adelante un atractivo restaurant «en forma», “Anthony’s”, que visitamos un par de veces.
Otro local que en aquél entonces abría sus puertas solamente sábados y domingos, situado frente a la «plaza de toros» y a una cuadra del «estadio», era “el villamelón” (al que me he referido en otro escrito) cuyos tacos, aún ahora, riquísimos y muy diferentes a la normalidad costaban:
¡$1.00 peso cada uno!
Hoy ese negocio ya cambió de:
ubicación (al otro extremo de «la plaza»),
de horario (abre todos los días) y
por supuesto el costo de cada taco ¡Ja!
Al lado opuesto del «estadio» (en la esquina de la calle Indiana con San Antonio) han estado por muchos años los «típicos tacos al carbón».
En esa calle vivieron los tíos Paco e Isolina con sus hijas Marisol y Amparo;
una vez que se cambiaron fue la familia Piedras Ros (los tíos Alfonso y Lupe con sus hijos y la abuela “Pepita” ya viuda) quienes la habitaron por años.
¡Todo ésto alrededor del «estadio olímpico» !
Tiempo después llega al «estadio» el equipo de fútbol «Atlante» y lo nombran: “estadio azulgrana”. Posteriormente se va ese «equipo», llega el «Cruz Azul» y lo denominan: “estadio azul”.
Recuerdo que desde 1964 cursando el cuarto año de primara y con el gusto por el fútbol, me enteré que en la promoción a «primera división de México» llegaron el:
«Cruz Azul» y el «Veracruz»
el primero por primera vez y el segundo de regreso ya que había sido campeón en la temporada 1945-46.
¡Fue así como me convertí en admirador ( hincha) de ambos equipos!
En ese entonces mi mamá me regaló un uniforme del equipo «Cruz Azul» y yo puse un banderín en la puerta de mi cuarto; también colgué un «poster» de todos los integrantes y otro del que fuera su «guardameta»:
el “charro García”.
(quien curiosamente años después pasó a la «portería» de los «Tiburones del Veracruz»).
Desde ahí mi gusto por esa posición que conservé durante el tiempo que fui «futbolero». Aún conservo cicatrices, en rodillas y nudillos, de aquellas vigorosas competencias con unos balones enormes y pesados de cuero que mojados parecían piedras resbalosas. Trataba de emular al “charro” de «mi equipo» el «Cruz Azul» que jugaba en Jasso, Hidalgo y que emigró al «estadio Azteca» a fines de los 60tas. (pocos años después de haber sido inaugurado).
Ahí tuvo sus glorias de campeón invencible (como arquero estrella de ese equipo) el argentino “gato»/»Superman» Marín, para mi, el mejor portero que ha llegado a México junto con el español Florentino López (del «Toluca»).
Después de esos años gloriosos decide el «Cruz Azul» (llamada «la máquina cementera») cambiarse al «estadio olímpico» de la «Noche Buena»(remodelado, en óptimas condiciones, con el césped apropiadamente mantenido).
A partir de ahí viene la «debacle» del equipo con una ausencia de títulos ocasionando:
¡»el descarrilamiento» y «el que dejara de pitar la máquina celeste» en los 22 años que jugaron en el «estadio azul»!
Ya casados y con los dos hijos presenciamos uno de sus fracasos en ese»terreno de juego», pero después asistí con mis amigos Ricardo Almirón y Eduardo Jadão, un partido de la “copa libertadores» resultando triunfador (para mi beneplácito):
«Cruz Azul» sobre un equipo de “Brasil»
(desde luego que fue una desilusión para mi «shara»/»tocayo»).
Aparte de esos hoyos profundos donde construyeron «la plaza de toros» y «el estadio» había otro más ubicado a un costado de «insurgentes», «bardeado» durante los primeros años que viví por ahí. Luego sirvió para que se erigiera el estacionamiento de una importante tienda departamental.
Cabe señalar que cuando se transita a «nivel de calle», donde están las mencionadas edificaciones, no se dimensiona la gran profundidad que éstas tienen.
Así «la plaza de toros» es la más grande del mundo con 40,000 espectadores.
«El estadio» se catalogó como uno de los mejores para apreciar el «fútbol» desde cualquier sitio, aún con sus incomodidades.
Esta temporada será la última no sólo para el «Cruz Azul» sino para cualquier «equipo de fútbol» u otro espectáculo,
¡ya que «el estadio» cerrará sus puertas, será destruido para «dar paso a la modernidad» a «la rentabilidad de piso»/»a sacar mayor provecho por metro cuadrado» a convertirlo en «un bien raíz» y dar paso a la construcción de «una plaza comercial».
Así que «la máquina» buscará su anterior “estación de ferrocarril” tratando de «recobrar sus glorias futbolísticas», regresando al «estadio Azteca» para recuperar su palmarés en el fútbol mexicano y aumentar simpatizantes además de México en el fútbol sudamericano.
Espero oírla «pitar y pitar» en el estadio que jueguen.
Quizá regrese con Dolores a aquellas calles prueba, de nuestro noviazgo, donde les podré contar a las nietas los recuerdos y añoranzas de donde conocí a su abuela y donde asistimos a la ex-casa de mi equipo Cruz Azul :
“el estadio olímpico de la ciudad de los deportes”
pido licencia para decir :
“Que en paz descanse QEPD”
*Nota: Algunas imagenes fueron recolectadas de internet, el objetivo es representar con dichas imagenes lo escrito, ya que no siempre me es posible utilizar imagenes propias debido a su antigüedad o calidad de las mimas.
