Recuerdo que las primeras veces que fui a la peluquería
me llevaba mi hermana Chata.
(ya he comentado que desde hace años radica en España).
No olvido
(a mi corta edad)
que “el corte” se pedía como
“casquete corto con flequillo” o a la “brush”.
Esa peluquería 💈 en los 50tas.
se ubicaba en:
la calle cinco entre Avenidas 1 y 3
(a espaldas de la Parroquia de
“La Inmaculada Concepción”)
en Córdoba, Veracruz.
A los clientes mayores
(mientras los atendía)
el “fígaro” les ofrecía unas
revistas pequeñas y
unas enormes:
la “Revista Siempre” en color sepia o
la “Life” a colores,
que guardaba dentro de un buró de madera con una puertita al frente.
Cuando tocaba mi “turno” colocaban una tabla
(entre brazo y brazo del sillón)
para poder alcanzarme.
Posteriormente a principios de los 60tas. iba con mi padre a
la Ave. 2-entre calles 7 y 9,
junto a la “Farmacia Irma”
de Manolo Villar.
(…ahí nos deteníamos para que platicaran un rato él y mi papá )
Ya en la “barbería nos sentábamos en aquellas sillas antiguas.
Transcurridos los años empecé a ir por mi cuenta y me enteré del tema de las
revistas pequeñas que
(en aquel entonces)
circulaban “misteriosamente” entre los adultos.
Comprendí el mensaje que
(sin palabras)
me dio mi padre al evitar ver ese tipo de publicaciones.
Los “barberos” 💈se distinguían por su bata blanca.
Además de que en unas vasijas de metal que contenía agua muy caliente
(casi hirviendo)
exprimían una toalla que colocaban en las caras de los clientes
(sentados y reclinados horizontalmente )
“…como relajante, para abrir los poros y reblandecer el pelo de la barba antes de empezar a cortar y rasurar…” luego untaban la jabonadura (con mucha espuma) que quitaban hábilmente con una navaja previamente “pasada” por el “asentador”
“(también conocido como suavizador)”
“…pedazo de cuero, o utensilio de otra clase, para suavizar el filo de las navajas de afeitar”
Era tan relajante ese proceso,
entonces pensaba,
que no faltaba quien no solo se quedaba dormido sino hasta “roncaba”.
Observando éso
“no veía la hora”
de tener edad, barba y bigote suficientes para vivir aquella experiencia.
Transcurridos los años en los albores de mi juventud aparecieron los tan ansiados vellos.
En esa época empecé a ir con Emilio Mirón.
(Calle 5 entre Avenidas 1 y 2).
Con la modernidad aquel nostálgico concepto del
“barbero” iba desapareciendo… 😬
al igual que las toallas blancas calientes,
el “equipo tradicional para afeitar:
con “brocha”
(que podía ser de tejón, jabalí o nailon),
“rastrillo clásico”
y un “tazón para preparar la espuma”
con un jabón diseñado especialmente para rasurar”.
Lo que también cambió fue que “las revistas pequeñas”
fueron sustituida por otras más grandes, con mejores diseños,
calidad y fotografías a colores.
(también para “Caballero”).
Había quiénes abstraídos en esa entretenida “lectura” se percataban desilusionados que, por no estar atentos,
“el corte” en vez de ser
“como siempre”,
se lo habían dejado
“para siempre” Jaja❗
Fui “Gastando Zapatos”
en el trayecto de mis estudios hasta llegar a la “Carrera Profesional”,
teniendo con ello que buscar alguna peluquería que se ajustara a mis necesidades.
Actualmente quien lo hace es Alba
(desde hace aprox. 20 años) Decía mi suegra doña Julieta (+) cada vez que llegaba de la peluquería:
-“Qué bien te deja el cabello esa persona”.
(y sigo con ella)
Perooooo mientras vivía en la “Colonia Cuauhtémoc” de la
Ciudad de México
(apróx. por 10 años)
había una barbería
que se encuentra,
justo en un local abajo de mi departamento,
llamada “ERIC”
(que no es el nombre de su dueño y “maestro peluquero”)
atendida por un “barbero 💈 de los que describí:
“un fígaro”
(“…se puede argumentar que “Fígaro” es el barbero más famoso de la cultura occidental, usándose a veces su nombre como sinónimo del individuo que ejerce ese oficio”…)
que me simpatiza y con quién charlo “largo y tendido”
cuando coincidimos
y su numerosa clientela se lo permite.
Me encanta meterme a su negocio; es como si entrara al “túnel del tiempo” y repentinamente apareciera en aquéllas 💈de mi natal Córdoba durante mi infancia, adolescencia y primera juventud.
Un “fígaro” como aquéllos que vimos en alguna película del “Cine de Oro Mexicano” por citar:
“Si yo fuera Diputado”
(con el genial Mario Moreno
“Cantinflas”).
Don Cosme
(nombre del “maestro peluquero”)
no sólo es aficionado del béisbol,
sino a su tercera edad, no lo ha dejado de practicar ⚾.
Es decir combina tijeras/navaja con
pelota/bat, que lo mantienen con buena figura y excelente salud.
Hace como tres años le rentaron
su “Peluquería” 💈
para filmar un “cortometraje”
con miras a participar en un “Festival Internacional”.
Sus instalaciones fueron con
sideradas como la “locación perfecta”.
Mientras se “rodaba” la cinta,
el personal de la producción 🎞
pasó “la barbería” a la entrada del edificio donde vivo cuando voy a CDMX.
“El corto” ya se estrenó. Me va a dar mucho gusto verlo para apreciar el trabajo que se realizó en ese clásico y pujante negocio que sirvió de “set”.
Como uso barba no me quedé con las ganas de sentir la toalla caliente, así como la navaja experta de manos del talentoso Don Cosme . El “rasurado” como el que veía de niño hace 60 años, además de escuchar y hablar del
i “Rey de los Deportes”:
el “Béisbol” !
Él encima de jugar béisbol
(como escribí)
no se pierde, en compañía de su esposa,
las “Transmisiones en VIVO de los partidos del la MLB y pelota de Otoño, la serie Mundial”.
i Honor a los “peluqueros”, “barberos”, “fígaros”
a través de Don Cosme !
(mi amigo y vecino en la CDMX.)
Mientras seguimos
“Gastando Zapatos” …
i “echemos nuestras barbas a remojar” !
🎶 “…Rastrillos y peines
navajas y tijeras,
a mi disposición
están aqui…
…Ah, qué buena vida no crees, qué satisfactoria es
i para un barbero con clase !…
…Fígaro aquí, Fígaro allá
Fígaro arriba, Fígaro abajo…”
