Después de hablarles sobre «Taxco de mis Recuerdos» ahora contaré una experiencia asombrosa y única en toda la República Mexicana.
Viviendo allá Don Guillermo y Doña Julieta se encontraba, a escasos 130 mts. de la puerta de su casa, «la «Parroquia de la Preciosa Sangre de Cristo», mejor conocida como “Parroquia de Chavarrieta”, donde se venera al «Señor de Chavarrieta» y a la «Virgen de Fátima de Chavarrieta». Ellos acostumbraban asistir los sábados a Misa de 18.00 hrs. siendo por muchos años Párroco de la misma el Pbro. Efrén Neri Rendón (quién, por coincidencias de la vida, tenía amistad con la familia Velarde desde que residían en Cd. Juárez, Chih.)
En alguna de mis visitas a Don Yeyo me platicó de la tradicional y famosa «Semana Santa en Taxco» (que yo conocía superficialmente). Dijo que como tenía mucho tiempo de formar parte de la «Hermandad de los Encruzados» (ceremonia principal durante los oficios religiosos de la «Semana Mayor») había pedido autorización para que yo viviera de cerca toda la preparación de esos participantes.
Llegó el «Miércoles Santo» y acudí a la cita con Don Yeyo en «Chavarrieta». Acompañándolo entramos a un salón privado donde «los penitentes» se cambiaban de ropa; me advirtieron que sólo en ciertos momentos podía tomar fotos y NUNCA al rostro ya que mantienen en el anonimato.
¿ que se ponían ? …
Con crin de caballo trenzada y enrollada elaboraban una cuerda de una textura como lija la cual, ayudados por uno o dos asistentes, enredaban alrededor de la cintura apretándola (había quién, además, colocaba unas espinas entre el vientre y la reata enterrándosele en la piel…uuufff ¡un espectáculo impresionante!).
Torso desnudo y pantalón de manta teñido de negro.
Se dividían en tres grupos:
•»Encruzados»
•»Flagelantes»
•»Ánimas»
«Los Encruzados», cargan rollos de espinas ( zarzas ).
«Los Flagelantes», se azotan con unas tiras de la misma crin y algunos cargan una cruz grande.
«Las Ánimas» son mujeres que en sus pies llevan cadenas.
Todos se ponen una «capucha negra» (los hay que terminan en punta/pico alto) con un faldón hasta los hombros, como dije, tiene por objeto cubrir su cara e identidad.
Explicó más :
«Los encruzados»….»caminan descalzos, sobre un suelo caliente, y llevan en la espalda un rollo de 144 varas de zarzas con espinas (recolectadas en la Sierra alta de Guerrero) que llega a pesar hasta 50 kilos y que, al paso, lacera su cuello y espalda hasta sangrar.
Por su parte, los “flagelantes” llevan en brazos una cruz de madera de hasta seis kilogramos de peso, un rosario, y una “disciplina” (una especie de fuete) hecha con crin de caballo y clavos con las que se auto flagelan la espalda durante todo el recorrido hasta provocar el sangrado.
Para las mujeres, «las ánimas», el sacrificio no es menor, caminan totalmente vestidas de negro (a temperaturas de 30°), descalzas y completamente encorvadas hacia enfrente, con un pesado crucifijo en los antebrazos y un rosario. Otras llevan cirios encendidos en ambas manos y caminan con los tobillos aprisionados con cadenas. A pesar del anonimato que se guarda durante la procesión, para formar parte de ella es necesario registrarse con anterioridad….»
Posteriormente pasan al atrio a unirse a la peregrinación proveniente de varias y lejanas Iglesias de la localidad.
«Oficios de la Semana Santa en Taxco de Alarcón»:
Peregrinaciones.
21 h./miér. «Santísima Trinidad»
21 h/ jueves «Del Divino Preso»
23 h/ jueves «De los Cristus»
11 h/viernes «De Las Tres Caídas.
24 h/viernes «Del Silencio»
Así van transcurriendo los «Oficios» y los «penitentes» van intercambiándose unas veces como «Encruzados» otras como «Flagelados».
El viernes terminando la «Peregrinación diurna» pude acceder a la cancha de basquetbol donde llegaron los «encruzados» a quienes (colocados boca abajo contra las gradas de cemento y los torsos desnudos) los acompañantes les iban aplicando alcohol directo sobre las heridas («en carne viva») que les habían quedado a causa de la flagelación…¡uuuyyy!. Aunque no se escuchaba ningún quejido, me imaginaba el ardor-dolor que estaban padeciendo. Se sabe también que para que cicatricen las heridas tienen que dormir, por semanas, oreándose la espalda.
Al respecto me contaban que no había antecedentes de alguna infección o problema de piel ocasionado por aquellas prácticas, atribuyéndoselo a un Credo Divino.
Al Templo de Chavarrieta (antes mencionado y descrito) llegó el Padre Otero tratando, a través de sus «Homilías» y «criterio», de cambiar la mentalidad y ritos relacionados principalmente con «la Semana Santa» y «otras celebraciones religiosas» que consideraba fanáticos, anacrónicos y de gastos innecesarios. El disgusto de la feligresía no se hizo esperar y «tarde que temprano» pidieron el cambio del cura a otra ciudad …y hoy cuarenta años después de la mudanza del religioso siguen las peregrinaciones, flagelaciones, espinas, cadenas y sangre en la «Semana Santa» «una tradición colonial que se remonta a 1598, donde la culpa y la expiación son llevadas al extremo».
Cadenas de televisión y periodistas de diferentes lugares del mundo llegan cada año para dar a conocer » la Pasión de Cristo en Taxco» en el siglo XXI.
Hoy todavía se debate, lo que para unos es fervor y Fé, para otros es fanatismo. Así seguiremos caminando bajo las creencias del ser humano.
«Cada cabeza es un mundo y cada uno lo vive a su manera»
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Anexo:
Video sobre «La Semana Santa en Taxco».
*ojo: duración 25 minutos.
