La semana pasada el Secretario de Turismo del Estado de Veracruz Lic. Leopoldo Domínguez me invitó al evento:
«Política de Fomento de la Gastronomía de Veracruz»
encabezado por el Secretario de Turismo Federal junto con el Gobernador del Estado.
Me apersoné en el «WTC Veracruz» y ante miembros del «sector turismo del Estado» se llevó a cabo el protocolo de dicho evento, posteriormente un «chef» comentó sobre los platillos pertenecientes a cada rincón de la «geografía veracruzana».
Me hizo recordar muchas vivencias con «la cocina» de este Estado del Golfo de México (en «Veracruz tiene lugar la primera gran fusión entre dos importantes cocinas: la española y la indígena») un mestizaje increíble de condimentos, masa, frutas, vegetales, carnes, peces y mariscos de allá y de acá….. mezcla de recetas resultando una inigualable explosión de sabores, aromas y colores.
No falta quien habla de la aportación de La Cocina Afro, ( mezcla de tres culturas).
Se hablaba en el evento de la gran riqueza de la comida veracruzana que junto con la de otras regiones del País es considerada como una de las mejores del mundo, reconocimiento que en el 2010 diera lugar a la «Declaratoria de la Unesco a favor de la Gastronomía Mexicana como Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad» ya que el 30 por ciento de los visitantes extranjeros llegan a nuestro país motivados por su «cocina».
¡Comida que, desde luego, yo disfruto por doquier!.
Cuando tenía la responsabilidad del «Turismo de este Estado» una de las herramientas, importantes, que consideramos para realizar la «promoción turística» fue la gran fortaleza de la «gastronomía veracruzana».
A cualquier mercado que viajábamos en busca de turistas para Veracruz invariablemente recurríamos a restauranteros, chefs y cocineros de las diferentes «regiones del Estado»
(se realizaban fusiones entre productos del «mar y de la tierra», pero no podía faltar el exquisito «filete relleno de mariscos»/platillo «Guinness»de Boca del Río), con ellos viajamos más allá de las fronteras realizando esfuerzos entre Gobierno del Estado y embajadas como la de Malasia (con Raquel Torres) o la de Finlandia (con Pepe Ochoa) los dos cocinando y poniendo en alto el nombre de la gastronomía veracruzana y por ende el de México.
Ambos expertos estaban en el estrado (del evento arriba mencionado) hace un par de semanas….
Inolvidables experiencias de todo un equipo de trabajo comprometido en llevar esa rica «cocina boqueña» a lugares como:
Nuevo Orleans, Houston, Dallas, Denver, San Antonio, Nueva York, etc, etc.,
además de que cada enero, durante cinco años, se viajó a la frontera: McAllen, Harlingen, Brownsville, recordando a la querida doña Tomasita Méndez (Q.E.P.D.) con el lema de «la cocina del Sotavento».
Recuerdo que los restauranteros llevaban sus tarjetas de presentación que entregaban a los comensales al final de las cenas y los acontecimientos, luego me contaban que meses después se presentaban aquellos turistas complacidos en sus Restaurantes de Boca del Río. (en base a esos resultados obviamente estaban dispuestos a viajar cuándo y a dónde se les solicitara).
Ese es el verdadero éxito de la «gastronomía en el turismo».
Hoy en día esa «herramienta» la utiliza Perú con una gran aceptación al posicionar no sólo «el ceviche peruano» sino su, también, «famosa gastronomía» haciéndose con ello presente en todas la «Ferias Turísticas Internacionales»
…. ejemplo que está siendo imitado por otros Países.
Es muy sabido del éxito de la comida rápida («fast food») en todo el mundo; el poco tiempo que se le dedica a comer una «pizza», «hamburguesa» o «hot dog» ¡muy práctico! pero,
en contraste, cada vez va teniendo más aprobación el tema de las «comidas lentas», «comidas de autor», «comidas de barrio» «comida fusión» etc., etc.,
…explorar, experimentar, ofrecer esas comidas sensoriales con todo un «universo» de sabor, de aroma, de tacto, de sonidos y vista.
Saborear el «picante», oler la «hoja santa», apreciar el clásico color del «azafrán», el tacto de una «tostada» ( tortilla de maíz dorada), el inevitable crujir al romper un «cangrejo».
Conozco gente que planea sus viajes en base a «la cocina» y sus restaurantes.
Hace años me enteré que un grupo de tres amigos, en la ciudad de México, se reunían para planear y organizar periódicamente un viaje a España a gozar de su gastronomía. Uno de ellos, previsoramente, visitaba a su médico homeópata para que lo recetara antes de viajar y así poder disfrutar de jamones, chorizos y cualquier tipo de fiambres.
Amigos que leen mis escritos resaltan el hecho, que en la mayoría, está inmiscuida la comida y éso es una verdad total.
No cabe duda que he podido combinar, gracias a Dios, al máximo viajar y comer.
Para ello he buscado «gastar zapatos»
¡saboreando, disfrutando, gozando, paladeando un rico platillo!
Quien me conoció a los 20 años se puede acordar que pesaba 61 kilos.
Además de disfrutar la gastronomía, ahora también me agrada mucho cocinar para los demás, que les guste lo que preparo (muchas de las veces creando sabores y aromas) y que pidan más.
«No se puede cocinar bien si no se pone en ello el corazón, dado que , por encima de todo se trata de que reinen en torno a la mesa sentimientos de amistad y de fraternidad».
Fernand Point