En el Verano de 1977 (ya pasaron 46 años el pasado 2023) precisamente un 7 de julio, lo recuerdo porque en aquella fecha salimos a “Las Fiestas de San Fermín” en Pamplona, España, estaba en Venecia con los tres amigos de aquel recorrido.(Relatado en los escritos alusivos a ese viaje).
Hoy llego a esta ciudad (la “Serenísima”) de canales, puentes, vaporettos, góndolas, historia y romanticismo con Dolores para celebrar mis multi mencionados 70 años.
“Región situada justo frente a la punta de la bota italiana, con cara al mar Adriático en esa zona del Véneto…”
Mi percepción sobre ella ha cambiado a través de los años transcurridos.
Escenario de múltiples películas, cortometrajes, videos, publicidad para prestigiosas marcas de nivel global y más. Sede del “certamen de clase A”, el conocido
-“Festival Internacional de Cine de Venecia” (“…la “Gala de Cine” más antigua del mundo, que cada año acoge a un sinfín de “estrellas internacionales” para reconocer su talento y rendir culto al “séptimo arte” en un evento de importancia universal).
-“Los premios Solal Marketing Awards” en la categoría “Activación Táctica” está orientada a campañas y actividades diseñadas principalmente para generar tráfico y/o ventas y reconoce enfoques innovadores de mercadotecnia, que pueden incluir publicidad, relaciones públicas, redes sociales, tecnología móvil o eventos…”
-“El Carnaval de Venecia”: la primera y una de las mejores celebraciones del mundo que incluye desfiles, conciertos, mercados y por supuesto, las famosas “máscaras venecianas”…”. Como “El Carnaval” es uno de los principales atractivos de Venecia, “La Ciudad de los Canales”, éste está irremediablemente relacionado con las máscaras y por tanto, ser candidatas a regalo típico para traerse de recuerdo. Vimos varias tiendas que vendían máscaras (“..las leyes más antiguas sobre máscaras datan del 1268…”), sobresaliendo, según nos enteramos, la de los hermanos gemelos de profesión “mascareri” que elaboraron las utilizadas por los protagonistas de la película “Ojos bien Cerrados” (dirigida por Stanley Kubrick ).
¡Vamos!, esta ciudad, redundo, es muy interesante para congregar todo tipo de personalidades en especial ¡artistas de cada género!.
Era una tarde de sábado cuando aterrizamos en el “Aeropuerto Internacional Marco Polo” el más cercano al “Centro de Venecia” (8 km) tomando primero un autobús y posteriormente el “vaporetto” (“…la red de autobuses acuáticos de Venecia. Sin duda alguna, son una de las imágenes más encantadoras de la ciudad y el sistema de transporte más popular que recorre el “Gran Canal” de un extremo al otro y además lleva a las islas vecinas de Murano, Burano y Lido”…”) que nos condujo, haciendo sus escalas programadas, directamente a la “Plaza de San Marcos” a esa hora repleta de turistas donde escuchábamos un sinnúmero de lenguas, como “Torre de Babel”. Vendedores lo mismo de Bangladesh como sudamericanos.
Mariano López (mi muchas veces nombrado amigo madrileño) nos hizo varias recomendaciones sobre Venecia, procurando lo más posible apegarnos a ellas.
El alojamiento se encontraba a tan solo tres cuadras de “La Plaza” pero, por azares de la tecnología nos perdimos: el celular de Dolores “sin cobertura” y el mío “descargada la batería”. Fue toda una “Eneida” encontrar nuestro hotel: ¡caminamos, caminamos y caminamos hasta “que a la de mil” llegamos!.
Otra recomendación fue el Restaurante “La Madonna”, previamente reservado al que llegamos puntuales a “mangiare”/comer; a simple vista no nos llamó la atención pero todo fue acomodarnos en la mesa que nos tenían designada, exterior pegada a un típico callejón alumbrada con una vela, pedir primero la cerveza de mi preferencia (“birra italiana”), empezar a saborear las alcachofas más grandes y exquisitas que hayamos probado de unos 15cm de diámetro y la riquísima “pasta espolvoreada con parmesano”,
para cambiar completamente nuestra primera impresión.
¡De los pescados y mariscos expuestos en las vitrinas, ya no sabía uno cuál seleccionar!
Mientras tanto dejé cargando mi celular (entre los de múltiples comensales) y al final después de haber degustado un rico “limoncello” lo recogí con el “mínimo de carga” suficiente para tomarnos unas fotos en el “Ponte di Rialto” (“El Rey de los puentes de Venecia”).
¡A la luz de la luna!
¡Una linda noche en Venecia!
