“Cuando un amigo se va” …Martín Ruíz Camino

“Cuando un amigo se va” …Martín Ruíz Camino

”…Cuando un amigo se va
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río…”
dijera Alberto Cortés.

En estos últimos días expresé diariamente sobre la pena que me ha causado el fallecimiento de mi amigo Martín.
Deseo abundar, más que sobre el gran amigo, sobre el reconocido y ejemplar personaje que fue el Arquitecto Ruíz Camino; un mexicano de un nivel superior de conciencia e identificación, comprometido con la realidad y la historia de nuestro País.

“El propósito de la vida humana es servir y mostrar compasión y voluntad de ayudar a los demás”

Albert Schweitzer.

Alguna vez le comentaba que a él literalmente “se le iba el dinero como agua”, pues observaba que tal cuál lo recibía veía cómo lo destinaba para alguien que sabía lo necesitaba.

Desde hace años me decía: “hay que aligerar la carga” …“vaciar la maleta” y “estar listo para la partida”.

Guardaba una carpeta con algunos recuerdos:
-reconocimientos como el mejor estudiante de su “Generación” en el “ITESM” Monterrey (el único “Campus” que entonces existía). Ahí hizo muy buenos amigos de quienes me platicaba no habían interrumpido la comunicación y sus respectivas familias se veían como una “gran familia”. A uno de ellos (Arq. Medrano) lo invitó a que se vivirá en el departamento que habitaba en la calle Veracruz (en CDMX).

¡Invariablemente Martín “tendiendo la mano”!.

Un medio de Oaxaca publicó recientemente, el 1ero. de julio, 2022, una crónica sobre el desempeño profesional del Arq. Ruiz Camino (la cual estoy anexando), yo agregaría el papel tan destacado que tuvo en Londres, Inglaterra donde fungió como Director para promocionar turísticamente a MÉXICO en el Norte de Europa.

Posteriormente fuimos compañeros en el CPTM, (“Consejo de Promoción Turística de México), siendo él “Director de Eventos, Ferias y Exposiciones”.

Con el fin de impulsar a nuestro País en el extranjero, creo para tal efecto una agrupación de mexicanos y simpatizantes dispuestos a ser voceros de las muchísimas características positivas que distinguen a nuestro País del resto del mundo “Amigos de México”.

En lo que a Oaxaca se refiere efectivamente construyó “escuelas rurales” en la “sierra” y los “valles” de ese Estado, pero su preocupación constante era: “enseñar a pescar en lugar de regalar el pescado” llevando para ello especialistas que les enseñaran cómo deshidratar las frutas que se cosechan en “Los Pueblos Mancomunados” para después embolsarlas y comercializarlas. Igualmente a embotellar el agua en esas latitudes y venderla en la Capital oaxaqueña.

Siempre en pos de mejorar la calidad de vida de sus pobladores. Desarrolló (lo he narrado en más de uno de mis “escritos”) un concepto en la edificación de cabañas en las comunidades con el nombre de : “Tourist Yú’ù” (“Ecoturismo en la Sierra de Juárez”) atendidas por los lugareños, los que desarrollaron actividades de “Turismo Rural”: “circuitos con bicicletas de montaña” (traídas y donadas por el Capitán piloto aviador de “Mexicana” Pablo Ruiz Lavalle-el hijo mayor de Martín) quién tomó con todo compromiso, seriedad y responsabilidad “la estafeta” que le heredó su papá; por ello la familia Ruiz seguirá presente en aquella “Comunidad” de la Sierra.

Como un ser congruente Martín gustaba vestir camisas tejidas por manos oaxaqueñas, al igual que su “morral” para cargar los folios y “gastar los típicos huaraches”; en invierno generalmente vestía pantalón y “blazer” de pana “gastando sus cómodos zapatos ingleses”.

Insaciable “come libros” (su principal afición), ¡era común verlo con un libro en la mano!.

De ideas fijas buscaba conseguir su objetivo a toda costa. Recuerdo que cuando vivió en “Isla Mujeres” (me platicó) al enterarse que se aproximaba un huracán quiso vivirlo “en carne propia” para lo cual tapió ventanas y puertas; llegó su hijo Martín en un catamarán a acompañarlo. Juntos vivieron esa experiencia que publicaría después en un emocionante e interesante relato.

Era común que Martín obsequiara “CDS” con fotos, música, presentaciones, narraciones de alguna de sus cautivadoras historias.

Cuando trabajamos en el “CPTM” llegaba a mi oficina y me decía: vamos a comer. Entonces nos subíamos a un “pesero”, “taxi” o “metro” y entrábamos a un lugar que le gustaba de “comida casera”.

Él sabía disfrutar todo: tanto esa fonda como el restaurante más elegante.

Vivió en varios lugares y países de México y el Mundo. Hablaba un excelente Inglés, gustaba de enterarse de las noticias nacionales desde un punto de vista del panorama mundial, por lo que a menudo leía la prensa de Londres, Nueva York o Madrid; le contrariaban las injusticias humanas.

Constantemente me hablaba con amor de su familia, de cada uno de sus integrantes.

Una persona “que llamaba las cosas por su nombre” sin “tapujos”, sin “dobleces”.

Martín (ya he narrado) fue nombrado “Hijo Predilecto de Benito Juárez” en 1966; reconocimiento enmarcado que conservaba y que entregó al Agente Municipal de la localidad en una emotiva ceremonia en su cumpleaños número 80. La autoridad lo colocó, como una merecida distinción, enseguida de las únicas fotografías que adornaba la pared: la de Benito Juárez (nombre de la población ) y la de él.

El día del funeral se hizo presente su querido amigo el Maestro Perfecto Mecinas (a pesar de estar gravemente enfermo) indisoluble mancuerna protectora por más de medio siglo de esa comunidad enclavada en la “Sierra de Juárez”.

Yo me comuniqué por “videoconferencia” con el maestro pero como ha perdido el habla fue a través de sus hijos quienes me expresaban su profundo sentir; aun así nos comprendimos.

Martin y Perfecto dos personajes de este Planeta que coincidieron en este País y más específicamente en la “Sierra Oaxaqueña”.

El maestro siempre expresó su eterno agradecimiento a Olguita (la esposa de Martín) por la dulzura y generosidad con que invariablemente los atendió a él y a su comitiva (ya también hablé, en otro de mis escritos, de ello) en casa de la Familia Ruiz Lavalle; población que ahora en peregrinación acompañaban al “Hijo Predilecto” a su “Última Morada” al lugar del “Descanso Eterno”.

El cuerpo de Martín entró a Benito Juárez por la calle principal con nombre: Av. Arquitecto Martín Ruiz Camino hasta la “Agencia Municipal” donde lo recibió la Autoridad. Luego lo trasladaron al “Tourist Yú’ù” donde lo velaron en una de las aulas que construyó hace más de medio siglo, espacio en el que Dolores y yo estuvimos en varias ocasiones celebrando su cumpleaños en los meses de agosto.

Finalmente al “Campo Santo” en plena Sierra para “Descansar en Paz” al lado de aquellos ciudadanos que trabajaron varias décadas atrás por Benito Juárez.

…y como alguien me escribió en estos días:
-“Martín eres grande, grande, grande aún después de morir”

Anexo:

“EL IMPARCIAL”
1 de julio, 2022
Humberto A Torres
OAXACA DE JUÁREZ, OAX.

OAXACA
”Reconocen legado de Martín Ruiz Camino”
Fue secretario de Turismo del Gobierno de Oaxaca de 1992 a 1998

“A la edad de 88 años, falleció Martín Ruiz Camino, reconocido arquitecto, originario de la capital del país pero oaxaqueño por decisión propia, secretario de Turismo del Gobierno de Oaxaca de 1992 a 1998 y cuya visión permitió impulsar en la región de la Sierra Norte y Valles Centrales un proyecto que permitió resaltar su belleza a través del turismo sostenible.

Como secretario de Desarrollo Turístico, implementó la idea y el Programa Tourist Yú’ù que se lanzó en nueve comunidades.

Una de ellas Benito Juárez, en la Sierra Norte, donde el proyecto permitió empezar a recibir a los turistas en los hogares de los lugareños que se hospedaban en cabañas donde dormían y convivían.
Tanta ascendencia logró que la calle principal de la comunidad lleva su nombre como un reconocimiento a su labor.

El reconocido arquitecto ganador del “Premio del Saber” por parte del Tecnológico de Monterrey, llegó a Oaxaca invitado para incorporarse como catedrático de la Escuela de Arquitectura de la UABJO que se fundó el 5 de diciembre del año de 1957 y para marzo de 1958 inició actividades.

Fue jefe de Zona de CAPFCE y fue un fuerte impulsor de las aulas prefabricadas para atender la demanda en nuestro territorio. Más tarde, fue invitado a formar parte de la dirección general desde donde realizó una importante tarea.

Entre otros proyectos se encuentra el Centro de Convenciones de Acapulco, y durante su estancia en nuestra entidad realizó diversas tareas, entre ellas, un proyecto para restaurar el Convento de Santa Catalina que fue convertido en un hotel de cinco estrellas.
La remodelación del edificio de La Experimental, entre muchos otros más.

En 1993, a lado de Tonny Zwollo, publicó un libro sobre sus proyectos primero en español y luego en inglés bajo el título, El Paraíso Perdido: Arquitectura y Ecología en el Valle de Oaxaca.
En ese mismo año, fue responsable de los trabajos que se emprendieron para salvar y conservar en buen estado el teatro Macedonio Alcalá y Casino de Oaxaca, labor en eI que intervinieron profesionistas deI más alto nivel.

Sus restos reposarán en la comunidad serrana de Benito Juárez. Le sobreviven su esposa, sus hijos, hijas y nietos. Descanse en paz.”

*Nota: Algunas imágenes fueron recolectadas de internet, el objetivo es representar con dichas imágenes lo escrito, ya que no siempre me es posible utilizar imágenes propias debido a su antigüedad o calidad de las mimas.

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