¡“Isabel La Católica”, la calle con nombre de Reina! – Parte 1

Era muy chico cuando comenzaba a leer y cada vez que se presentaba la ocasión de circular por el “Viaducto Miguel Alemán” en la CDMX al ver los nombres de las calles que cruzaban por la parte superior (¡hoy los letreros son enormes!), e intentar unir las letras y luego las palabras leía “IsabelLaCatólica”. Con el paso del tiempo me percaté, una vez supe su significado, que en vez de una eran tres palabras “Isabel La Católica”.
¡…al fin niño Ja!

Calle tan larga como la travesía del navegante Colón en su descubrimiento de “El Puerto de Palos (actualmente Huelva, España), a “Guanahaní” (a la que bautizaron como San Salvador) …¡Una prolongada extensión!

Ha sido por “Isabel La Católica” a unos pasos del mencionado “Viaducto”, donde por muchos años he adquirido en los múltiples comercios que se ubican en ambas aceras, “artículos de promoción” y todos los materiales que se utilizan en lo relacionado a la “serigrafía”:
“…técnica de impresión que permite la estampación de imágenes trazadas sobre una plantilla o superficie plana, es decir en traspasar la tinta sobre un artículo mediante la disposición de una malla…”

Hay que armarse de paciencia para circular por esa super transitada calle a las “horas pico”.

Calle que durante siglos se llamó “San José del Real”, pero con el “Cuarto Centenario del Descubrimiento de América” (en el Siglo XIX) se cambió por “Isabel La Católica”
“…ya que fue dicha reina (una mujer con poder) quien influyó de manera decisiva en el viaje con el que Cristóbal Colón descubrió el “Nuevo Mundo”…”
“…A pesar de la diversidad de teorías acerca de este descubrimiento, la historia oficial reconoce a Colón navegante, cartógrafo y explorador como el legítimo descubridor del Nuevo Continente en 1492, …¡”El Continente Americano”!”

Continuando con mi relato mencionaré que a pocas cuadras de esta calle en el “Centro Histórico de la CDMX” he “gastado zapatos” en múltiples ocasiones partiendo de la “Calle de Izazaga” donde se ubica el Metro con el nombre: “Isabel La Católica”.

En esa calle se ubican los “Baños de Vapor Señorial” donde, como he narrado, solíamos ir Octavio y yo.

En la esquina de enfrente me gustaba pasar a una librería de volúmenes antiguos donde, cuando tenía cómo, “me hacía” de uno de ellos. Ahí compré de José Vasconcelos “La Tormenta” y “Ulises criollo” que es “La vida del autor escrita por él…”. Los que fueron publicados en 1936 y que aún conservo.

“Gastando zapatos” por esa misma calle obtenía artículos para limpiar calzado y lucir así mis ¡“gastados zapatos ”!.

En la esquina de Isabel La Católica y “República de El Salvador” está (desde que tengo memoria) el “Hotel Isabel La Católica”. Recuerdo que en 1965 mi padre organizó ahí una “comida de despedida” en honor a mis hermanas Mª Enriqueta y Tere por su primer viaje a España.

El Edificio de “Nacional Financiera” en la calle Isabel la Católica, esquina con República de Uruguay en el Centro Histórico de México. Una de sus particularidades era el detalle de la obra “Celosía de hierro” en la fachada del citado organismo inaugurada en 1964 (Este inmueble perdió algunos pisos en el sismo de 1985). Hoy alberga oficinas del “Grupo CARSO” y un “Restaurante Sanborns”.

Justo enfrente en la esquina de Uruguay e Isabel la Católica hace 139 años, tuvo su primera sede “La Biblioteca Nacional” en el antiguo “Monasterio de San Agustín” (Actualmente está en “Ciudad Universitaria”).
“Los expertos creen que los restos hallados en los cimientos de la biblioteca podrían pertenecer a la hija del Emperador Moctezuma II, pero no hay pruebas todavía”.
Esa Iglesia es uno de los templos más antiguos que sobreviven en la Ciudad de México y, junto con los restos del Convento, uno de los más espectaculares a lo largo de la calle Isabel la Católica. 
“…Primer Convento de la “Orden de los Agustinos” en la Nueva España”. Construcción que siempre que pasaba me llamaba especialmente la atención la estatua en mármol de “Alexander von Humboldt” colocada sobre un pedestal de granito en la esquina del jardín…”.

A mí me parece que “gastar zapatos” por ahí es transitar a través del tiempo, aunque la celeridad de vida moderna (como he comentado) nos obligan “a pasar por alto” un sinnúmero de legendarias obras del Centro Histórico de la Capital del País desde la época prehispánica hasta la época actual pasando por la Virreinal. Dada mi pasión por el tema del Turismo me contraría escuchar cómo algunos guías tratan de distraer a ciertos turistas con explicaciones banales, “..en vez de ofrecer el servicio de orientación e información profesional y especializada en los atractivos turísticos y el Patrimonio Cultural y Natural de México…”.

“Aprovecho la ocasión para rendir un pequeño homenaje a estos esporádicos pero, sin duda, claves compañeros de viaje. Con capacidad para hacer que el destino sea maravilloso”
“LA VIAJERA EMPEDERNIDA”