Corría el año de 1963 (yo tenía 10 años) cuando subí al auto de casa un «Volvo» cuatro puertas que mi papá conducía.
También nos acompañaba Tere mi hermana,
(a la que de repente me refiero como Teresita del niño Jesús)
tomamos la «Carretera Federal» con desviaciones a la «Tinaja» y luego a «Paso del Toro», todavía no existían «las Autopistas» que hay en la actualidad.
Después de varias horas de viaje (salimos de madrugada) llegamos al «Puerto de Alvarado» donde comenzaría una inolvidable experiencia ya que, por primera vez, subiría yo a la «panga grande».
(anteriormente para cruzar los «Ríos Papaloapan» y «Tesechoacán» en la “Cuenca” lo habíamos hecho en una pequeña)
….ésta tenía una capacidad enorme donde subían:
trailers, camiones de carga, autobuses, camionetas, autos y cualquier tipo de vehículo motorizado,
¡también pasajeros de pie!
Se formaban «largas colas» de todos esos vehículos,
ya que era el paso para ir al sureste del «País» y a la «Península de Yucatán»,
que movían la “carga por carretera”.
Al tener que esperar muchas horas y algunas veces días para abordar las «pangas» /»ferrys», los choferes de esas unidades esperaban en «Restaurantes» u otros «sitios» para descansar.
Esa región («El Sotavento») se ha distinguido por su excelente gastronomía en pescados y mariscos; en aquella ocasión nos metimos a un «comedor» contiguo a la gasolinera.
Todavía recuerdo (después de 55 años) una de las tres «sopas de pescado» más sabrosas que he comido.
(¡los tres disfrutamos ese platillo!).
«Llegada la hora» se dispersaba la noticia. Había que estar pendiente para inmediatamente subir el auto
(eran a los que se les daba preferencia)
Mientras se cruzaba el ancho «Río»,
nos bajamos del automóvil,
mi papá nos explicaba sobre «Alvarado» y la «Región».
Considerado un «Puerto de abrigo» ubicado en la entrada de una gran albufera,
(mezcla de agua salada y agua dulce de los ríos que desembocan en ese lugar)
conectada a una enorme laguna “La camaronera” llamada así por la inmensa cantidad de carídeos que ahí se pescaban por lo que, tiempo después, el Gobierno Federal instaló lo que denominó “El puerto piloto de Alvarado”.
También contaba que en los años cincuenta la familia Ros tuvo un rancho (“La Mojarra” ) en un lugar de Nombre “Acula”……¡nunca lo conocí!.
Después de desembarcar continuamos por una carretera entre pantanos, esteros, ríos y el mar de “El Golfo de México”, bellos paisajes del «Estado de Veracruz». Luego nos mostró una desviación hacia Tlacotalpan, otro «Puerto de abrigo» donde el famoso cantautor “Agustín Lara” se declaraba de este lindo lugar además de las inmortales canciones que le compuso a Veracruz.
Pasamos los pueblos de Lerdo de Tejada y Ángel R. Cabada, a partir de donde cambia el panorama a vegetación montañosa conocida entonces como
“la Suiza Veracruzana»:
la primera población que encontramos fue Santiago Tuxtla, (enclavado en la sierra) donde está el «Museo Regional Tuxteco» entre cuyos objetos expuestos se encuentran dos «Cabezas Olmecas»:
«la más pequeña» («de Nextepe») y «la más grande» («de Hueyapan»)
Más adelante se localiza la «Zona Arqueológica de Tres Zapotes»
(que fue un importante sitio durante el apogeo de la «Cultura Madre de Mesoamérica» con más de 3,000 años de antigüedad)
«cuyo «Museo» se destaca por poseer la «estela C», la «estela D» y la primera «cabeza colosal» que se conoció del mundo olmeca».
Continuamos el recorrido, sin perder de vista Santiago, a una población que quedaba abajo donde se ubicaba «El Mirador» Restaurante que le habían recomendado a mi padre, cuya especialidad eran:
¡“los langostinos de río»!
El más grande que he comido (más de 20cms.) exquisitamente cocinado. Aunque con el tiempo regresamos, nunca volví a comer otro de igual tamaño.
Seguimos el camino “sinuoso” hasta llegar a San Andrés Tuxtla, buscamos el «Hotel del Parque» (propiedad de los hermanos Pérez).
Una vez instalados fuimos a la cafetería-Restaurant del «Hotel».
(era «el lugar de moda en la ciudad»).
A la mañana siguiente bajamos a desayunar (después de un sueño reparador) me acuerdo muy bien que vestía una camisa de cuadros pequeños (rojos y blancos ), pantalón corto beige; que desayuné unos «huevos a la mexicana» y un rico y aromático café de Córdoba.
Luego fuimos a buscar a un médico Dr Argudin, amigo de mi papá, a un «Centro de Salud», quien le obsequió «un libro de Cacería de la Región» escrito por él. Se lo dedicó y le recomendó que nos llevara a una alberca, idea que le pareció muy buena a mi papá porque hasta allá fuimos a dar y yo poco avezado en esas lides aunque tragué mucha agua también me divertí un montón..
(creo tener por ahí una foto).
De ahí hasta Catemaco a comer sus ricos:
«tegogolos», «pellizcadas con momocho», sin faltar el platillo tradicional del lugar: «Carne de chango» («solía prepararse con carne de mono, animal del cual existió una gran población en esa región. Actualmente se hace exclusivamente con carne de cerdo») y los «platirrinos» sólo se pueden observar desde un paseo por lancha.
El regreso fue ¡“desandar el camino andado! Ahora veía en la carretera una gran cantidad de cangrejos muertos “aplastados” por los autos ya que atravesaban la ruta entre el mar y los ríos o estéreos.
Finalmente tomamos la “panga” en Alvarado hasta nuestro destino final el hogar.
Así fue la primera de tantas veces que regresaría aquella «Región de los Tuxtlas» de donde es, entre otros,
¡un gran y querido amigo mío!.
*Nota: Algunas imagenes fueron recolectadas de internet, el objetivo es representar con dichas imagenes lo escrito, ya que no siempre me es posible utilizar imagenes propias debido a su antigüedad o calidad de las mimas.