…-¡»Mirá» me dijo Ricardo!
¡nos invitó un amigo al mítico «Estadio Monumental de River Plate»!
-«¿Quién juega?» pregunté
-«Argentina vs Bolivia para eliminatorias»
-«Aquí están los boletos»
-«¡Mañana paso por ti al hotel!» agregó
-«¿A qué hora ?»
-«No sé exactamente, espera en tu cuarto».
Al día siguiente ¡no «aparecía»!
….para ésto se fue «la luz» y yo no podía ver la tv, dejó de funcionar el «aire acondicionado», abrí ventanas y de Ricardo «ni sus luces».
Hasta que empezaron a “tumbar” la puerta de la habitación; era mi amigo Richi que llegaba exhausto («echando ajos y cebollas argentinas»).
La verdad no era para menos, como no había electricidad tuvo que subir los 11 pisos por las escaleras,
(por añadidura los teléfonos tampoco funcionaban)
….un auténtico “tango argentino” (aunque no precisamente
el » Corrientes tres cuatro ocho, segundo piso, ascensor….») ¡Ja!
Lo primero que hizo fue tenderse en la cama,
-«estoy «muerto» me dijo»
pasados unos minutos nos fuimos al fútbol
(aún sin moverse los elevadores)
descendiendo por las escaleras pero como dice el refrán:
«De bajada, hasta las piedras ruedan».
Luego de una larga caminata (por seguridad los autos se estacionan bastante retirados del lugar) sudorosos llegamos al «Estadio», al «Monumental» aquél que fue testigo de la «Final de la Copa del Mundo ‘1978».
Fuimos invitados a un palco localizado justo a unas filas donde se encontraba el famoso entrenador y mejor ex-jugador, Daniel Passarella, ¡con corazón del «River Plate» y apasionado de la camiseta celeste y blanca de su país!
¡El «graderío» a reventar !
Ya he mencionado que muchos argentinos están «enfermos de fútbol».
Y si lo son como «conocedores», cuando se trata de que participe su país el mundo les cambia como si dentro de cada uno de ellos existiera un apasionado y fanático «director técnico» de este deporte .
Reconozco que cada vez más en los estadios de México han aumentado los «decibeles de ruido» entre «la porra»:
como la del «Volcán» en «Monterrey»,
«el Corona» en «la Laguna»,
los de «el Pirata Fuentes» en «Veracruz» y
hasta los de la «U.N.A.M.» o «Azteca» en CDMX,
¡ahhhh pero asistir a las canchas a presenciar un partido en Argentina, a mi siempre me ha resultado una experiencia única y ese día no fue la excepción!
No solo subieron la intensidad de los sonidos y la adrenalina si no la temperatura ambiente era «un horno» y como (ya lo he comentado)
no se vende «cerveza» ahí adentro, a cual más se quejaba:
¡“Qué calor, qué calor, pero qué calor”!…
Yo veía a «los de sol» y pensaba:
¿cómo estará esa gente ?
Repentinamente observé detrás de las porterías unos «chorritos de agua» que fueron aumentando su volumen hasta convertirse en unos «chorros enormes» dirigidos a las gradas, los cuales no sólo llegaban hasta la última fila sino rebasaban lo más alto de la «cancha»
¡algo qué nunca había visto!
Largas columnas de agua que de repente se abrían como un abanico para cubrir a todos los seguidores, (a excepción de los «palcos») el entusiasmo y la algarabía se desbordaba ante tal sensación.
Me imaginaba «los apagafuegos» en esos incendios de película
¡bañando edificios enteros!
¡Era todo un espectáculo! Hasta «descuidé el partido» para ponerme a sacar fotografías (que anexo al final).
Para mi amigo Ricardo nativo del lugar era un suceso «común y corriente» que veía con toda naturalidad. Al salir del «Monumental» nos íbamos encontrando muchos aficionados, dijera mi mamá, como «pájaros mojados».
De camino hacia el auto descubrimos un supermercado en las cercanías del “estadio”, apuramos el paso en busca de una cerveza
…¡ooohhh desilusión ya que encontramos el área de bebidas alcohólicas bloqueada con bandas plásticas!.
¡Nos tuvimos que conformar con agua fría embotellada!
«Se sentía tan rico» el aire acondicionado dentro del «super» que nos resistíamos a abandonarlo, hasta que hubimos de salir de ahí rumbo al auto.
En cuanto al «partido de fútbol» se refiere el marcador favoreció (3-1) al «equipo anfitrión». También me fijé que el césped del “campo” estaba en muy malas condiciones; me enteré que pocos días antes había tenido lugar un espectáculo musical el cual estropeó visiblemente el pasto dando lugar a que los «hinchas» mostraran su enojo por lo peligroso que resultaba, para los tobillos de la “Selección Albiceleste”, jugar en tan adversas condiciones.
De tal suerte que se vivió un juego con calor, mucho calor tanto del temperamento de los asistentes como de la temperatura del ambiente en aquellas latitudes del final del «Cono Sur».
*Nota: Algunas imagenes fueron recolectadas de internet, el objetivo es representar con dichas imagenes lo escrito, ya que no siempre me es posible utilizar imagenes propias debido a su antigüedad o calidad de las mimas.
