Conocida por muchos como a “la palma de su mano” se localiza la calle de República de Uruguay (ubicada en el “Centro Histórico de la CDMX”) donde he estado en muchísimas ocasiones.
Esa calle la recuerdo antes y más ahora, como un espacio netamente comercial.
-“Pásele, pásele”:
-“¿QUÉ COTIZAS?”
-“¿Qué buscas?”
-“¿Qué necesitas?”
-“¿Qué le falta a tu computadora?”
-“¿En qué puedo apoyarte?”
Son algunas de las preguntas que uno escucha en los pasillos de “La Plaza de la Tecnología México” y otros locales o banquetas de “República de Uruguay” entre “Bolívar” y “Eje Lázaro Cárdenas” (ex-San Juan de Letrán) en medio de una gritería de vendedores. Gente que vive al día, que lucha por “salir y sacar adelante” lo suyo y a los suyos!!!. Ese es el tramo al que me referiré: tiendas tras tiendas con artículos de computación.
El mundo de la tecnología mayormente está en manos de orientales que hoy en día, “han sentado sus reales” en nuestro País. Abundan esas personas con rasgos físicos y lenguajes de aquellas latitudes (principalmente chinos y coreanos) apegados a sus costumbres incluyendo sus comidas para lo cual, según sé, ya hay negocios específicos de “Proveedores (“catering”) y Entregas” de comidas propias del Lejano Oriente.
A “La Plaza de la Tecnología México”, cada vez más grande, se suman la “Plaza Uruguay” y otras más.
Los asiáticos controlan el valor de los aparatos y las refacciones de los equipos de cómputo modificando los precios del mercado.
Caminar por estas Plazas a través de sus pasillos angostos (cuyo acceso es por ”Lázaro Cárdenas”, República del Salvador, pero más por “República de Uruguay”) me parece un mundo inconcebible; ahí se encuentra lo que se necesita!!!
Imagino a mis padres sorprendidos viendo todos aquellos productos: aditamentos para celulares como carcasas, protectores de pantallas, audífonos, cargadores etc, etc., de las marcas más reconocidas a bajos costos comparados con las tiendas de las “Plazas Comerciales” (que tienen un precio alto o más alto de lo normal).
Es importante no olvidar la gastronomía en esa parte de la Calle de Uruguay, entre otros:
-“Casa Rosalía” en la esquina de Uruguay con Lázaro Cárdenas (altos) que desafortunadamente cerró sus puertas a consecuencia de “la Pandemia”.
Dos Restaurantes con comedores de la “Cocina Tradicional Española”:
-El “Centro Castellano” (desde 1958 y referido en más de uno de mis “Gastando Zapatos”) que como he descrito tiene 2 clases de servicios: un “Asador” para un mercado de mayor poder adquisitivo con su horno en piedra que ofrece lechón, cochinillo, chuletillas, etc, así como gran variedad de pescados y el otro en la parte superior de “cocina menú”.
-En la acera de enfrente está un Restaurante legendario y de mucha fama: “El Danubio” (1936). El periodista Jacobo Zabludovsky (+) tenía su mesa en medio del comedor y ponderaba los “langostinos”, “platillo ícono del Restaurante”. Aquí se puede comer “a la carta” o “menú”. Ahí he disfrutado de un excelente cocido vasco con ingredientes de mucha calidad, ¡por citar algún platillo! (también mencionado en mis escritos). En sus paredes están enmarcadas servilletas autografiadas por personalidades de dentro y fuera de nuestro País, en un ambiente rodeado de madera y sus mesas con manteles blancos a la vieja usanza. Tengo presente al mesero David que ha servido por varias décadas y me comentó haber atendido al señor de la eterna corbata negra: Jacobo. Quien comía mucho y con satisfacción hasta, dijeran los españoles, “ponerse morado” Ja!!!
Yo a la fecha frecuento los dos indistintamente.
Ojo: cerca de la calle Bolívar he visto, más no he entrado, una variada gama de Restaurantes algunos especializados en mariscos.
Contiguo al “estacionamiento” que acudo, está “La Casa El Barón Numismática” en “República de Uruguay” #27.
Hace varias décadas que coleccionaba monedas antiguas, a menudo me detenía para ver o adquirir alguna que me llamara la atención.
Aunque no me inclino por el dulce, frente al “Restaurante Centro Castellano” estuvo ubicado por muchos años “Mazapanes Toledo”. Al paso del tiempo se mudó unos metros adelante, a un local más pequeño.
Lo mismo le sucedió a un conocido “Expendio de Tabaco y Habanos” en donde compré el 15 de Julio del 1986, (un día después del nacimiento Diego Alonso) puros para repartir. “…Una manera de expresar la felicidad por el nacimiento de mi segundo hijo, además de una muestra de agradecimiento a la persona que visitaba al bebé…”
Ese día me acompañaban sus padrinos (Laura y Octavio) para después comer en el entonces recién inaugurado “Asador del Centro Castellano” (Planta Baja). Recuerdo lo qué comimos y hasta la mesa donde nos sentamos (ya también escribí sobre todo lo narrado).
Al final de la esquina ha estado por muchos años una zapatería donde en una ocasión me compré un par de zapatos que me llamaron la atención y que usé hasta que a mi hijo mayor le gustaron y se los quedó. Me agradó mucho saber que una prenda mía la aprovechara alguno de mis hijos.
Los dos en algún momento de sus vidas me han dado la alegría de continuar “Gastando mis Zapatos”.
Espero que cada uno como hasta ahora, siga el camino de sus propias experiencias tomando en cuenta el corazón que le ha puesto su padre a su proyecto de vida… “Gastar Zapatos”
…hablando de zapatos en la calle República de Uruguay está la “Zapatería C. González” “fabricante de calzado fino desde 1932”.
Junto a la zapatería de la esquina por el “Eje Central Lázaro Cárdenas” está “Churrería El Moro” “…que abrió sus puertas en el año de 1935 durante la “Época de Oro de México”, recibiendo desde personajes y figuras nacionales y mundiales, hasta todo tipo de familias capitalinas. Punto histórico y cultural de la Ciudad de México…”
Curiosamente en una ocasión vi cómo unos comensales en “El Danubio” encargaron y les trajeron unos churros de ahí y a mi “se me hacía “agua la boca” y ¿qué creen?… Me compartieron uno, mmmm!
Quien conozca la parte que he descrito de la calle “República de Uruguay” seguro recordará todos los lugares que he detallado.
Aun cuando se pudiera escribir mucho sobre ella, por la longitud que tiene, me quise abocar al segmento en el que más he gustado “Gastar Zapatos” durante 60 años.
«¿Vamos al «Danubio»?
Ahí en Uruguay, en el Centro.
Me encanta caminar sus calles.
En el «Danubio» está Manolo. Un mesero que le prepara a Sarita una «tártara de robalo» de rechupete.
¡Vamos!”
Jacobo Zabludozky
“¡La calle!,
¡Espectáculo siempre variado y nuevo, siempre concurrido, siempre abierto y franco!”
Emilia Pardo Bazán
“Un tramito de la calle Uruguay” en la CDMX
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