Visita de mi mamá a Florida, Gainesville.

Visita de mi mamá a Florida Gainesville

Ya viviendo en aquella ciudad del Estado de Florida convencí a mi madre que nos visitara.

Debido a la difícil conectividad Córdoba-Gainesville, aunado a su edad, voló de Ciudad de México a Miami.

donde (después de 6 horas en auto rentado y por «autopista»/»freeway») la recogimos Dolores y yo en el «Aeropuerto» ubicado en la punta de esa «Península».

Casi a la par de mi mamá llegó, procedente de Francia, la mamá de nuestra amiga Benedicte en aquel verano de 1981.

Ninguna de las mamás hablaban: ni español, francés o inglés por lo que se entendían

(como muchos lo hacemos cuando no hay «a la mano algún traductor»)

en el «lenguaje universal de las señas».

Recuerdo una charla entre ellas sobre el tejido “macramé”  (por cierto de origen francés)

¡en la que hallaron la forma de congeniar!

Para su mayor convivencia intensificamos las reuniones ahora de mamás/o suegras

(de las que anteriormente comenté)

con nuestros amigos franceses.

Después de aquel detalle de Benedicte y Frank

(en relación a nuestra colección de cerditos)

un día encontré un «rompecabezas» («puzzle») de muchísimas piezas con la imagen de “Notre Dame” (Por cierto, Catedral que recientemente sufriera un incendio de fatales consecuencias) que fui armando, en la mesa de centro,  noche tras noche hasta colocar la «última». Conseguí un «pegamento especial» y una especie de «papel cascarón».

Fue en el intento de acomodarlo sobre aquella «base» cuando al voltearlo, en «un tris», se desbarató más de la mitad de aquel trabajo al que le había invertido varias semanas y…

(¡ni hablar, a hacerlo nuevamente!)

Llevamos a mi mamá a «Disney World Orlando y a otros «Parques Temáticos».

Nos dirigimos a las costas del «Golfo de México» recorriendo:

Tampa, San Petersburgo, Sarasota, Palmeto … etc.

Por el Atlántico:

Daytona, la NASA (Centro Espacial que se encuentra al norte-noroeste de Cabo Cañaveral…)

Por el norte:

Jacksonville y St. Augustine: ¡“La Ciudad más antigua de Estados Unidos»!

(Oldest City in America)

con su «fuerte» similar a los del

«Morro de San Juan, Puerto Rico»,

de «La Habana, Cuba»,

de «San Juan de Ulúa, Veracruz»,

de «Campeche»,

de «Cartagena de Indias, Colombia»,

y otros más.

Una ciudad donde se veían placas de autos de todos los Estados del País con el fin de visitar

«la Ciudad de origen europeo más antigua del Territorio Continental»

Todo un espectáculo el «cambio de guardia» en el «Fuerte Matanzas», al igual que ver a los habitantes del «Barrio Colonial Español» ataviados con «trajes de la época» luciendo (mujeres y hombres) sus pelucas rizadas y sus lanzas!.

Por la noche admirar el cielo iluminado con coloridos «fuegos pirotécnicos»…

los norteamericanos  aplicando toda la «Mercadotecnia» que, aparte de fomentar el nacionalismo, atrae «un mar» de turismo.

En algunos de esos recorridos por la Florida nos acompañó Assad (aquel gran amigo libanés, de quien les he hablado) que por cierto, simpatizó con mi madre.

Atravesamos todas esas carreteras evitando, en lo posible, las «autopistas» con el fin de bordear la costa y gozar de sus inigualables paisajes.

Llegada la hora de que mi mamá regresara,  viajamos por toda la «Costa Atlántica» hasta «Fort Lauderdale» y de ahí al «Aeropuerto de Miami».

La despedida fue agridulce por la tristeza de su partida pero, con la alegría de haber disfrutado cada momento de su estancia.

¡Aparte de una gran fortaleza que mi madre poseía, a sus 75 años, una actitud de entusiasmo y energía que nos sorprendía.

Baste decir que al final del  «Desfile nocturno de Disney World»  mientras Dolores y yo casi «estacábamos la zalea» ella permanecía «tan fresca como una lechuga»…tomando en cuenta que las condiciones de dicho «Parque» (hace casi 40 años) distaban mucho de las actuales..

A lo largo de mi vida he escuchado muchas frases y expresiones peyorativas sobre “las suegras”;

por lo que a  nosotros respecta la vida nos obsequió con unas suegras muy queridas:

de Doña Julieta (la mamá de Dolores) ya he comentado que me unió un gran respeto y aprecio.

Al igual que Dolores para mi madre sólo ha tenido expresiones, además del cariño y deferencia,

de agradecimiento ya que de «recién casada» viviendo muy cerca de su casa ella la apoyó incondicionalmente en muchos aspectos de la vida cotidiana; aparte de decirle Doña Enriqueta se refiere afectuosamente como “Doña Henry”.

Ese viaje fue, a parte de memorable, muy fructífero para la convivencia de los tres.

¡Lindos y provechosos los recorridos turísticos en la Región de los “Alligators” de «Costa a Costa»,

…en esa inolvidable visita de mi mamá!

«Siempre he dicho, madre no hay mas que una, pero no cobra sentido hasta que te falta».

*Nota: Algunas imagenes fueron recolectadas de internet, el objetivo es representar con dichas imagenes lo escrito, ya que no siempre me es posible utilizar imagenes propias debido a su antigüedad o calidad de las mimas.

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