“Honeymoon Park” ... Jamaica.

“Honeymoon Park” … Jamaica.

31 de Julio de 1979:
uno de los mejores aterrizajes que había vivido (en el aeropuerto de «Montego Bay»).
Estaba feliz ya que tres días antes habíamos salido de la «Iglesia de Chavarrieta» en Taxco (Dolores y yo) con el arroz que nos lanzaban aquellos que asistieron a «nuestra Boda».
Jamaica un país exótico dentro de las islas del Caribe.
En aquellos ayeres, Cuca de Aldecoa (q.e.p.d.) me comentaba que era el destino “luna mielero” de moda.
Hasta allá llegamos como primera etapa de nuestro «Viaje de Novios”.
Nos hospedamos en el «Hotel Intercontinental» que nos parecía extraordinario.
¡Bueno!
a partir de ahí (los siguientes 29 días) todo lo veríamos maravilloso y cómo no:
¡»Luna de Miel»!
Tocaron a la puerta, era una señora “típica jamaiquina” que llevaba una «cortesía del hotel» para los «recién casados». En la base de la bandeja estaba una carpeta de papel con la imagen de una «balsa de bambú»
(se trataba de un «tour» a través del «Martha Brae River», muy cerca del hotel).
Yo ya había visto y leído un poco sobre el lugar por lo que coloqué una publicidad semejante en el espejo de la habitación para tomarlo en cuenta como un sitio grato a conocer. La señora al verla comentó:
«usted tiene ahí la misma papeleta que trae la charola sobre «el balsaje»
-ya leí sobre ello le comenté pero al hacerlo en inglés dije:
«write» (escribir) en vez de
«read» (leer)
y me preguntó extrañada:
«write»?
y yo, muy seguro, contesté
yyyeeesss!
pensando en «read» ¡uuupppsss!
¡Ah qué interesante me dijo, felicidades!…
y se fue creyendo que había escrito sobre «ese tema».
Luego Dolores me preguntó:
¿Cuándo escribiste sobre «el balsaje»?
No no escribí, leí.
Uy pues como se lo dijiste, ella entendió que habías escrito;
entonces lo tomábamos a broma y cada vez que se nos ocurría decíamos «write» y «read» para atacarnos de la risa ¡JA!
Bajamos al mar con sus típicas aguas transparentes del Caribe y el ánimo de «tostarnos al sol» para cambiar «el blanco ciudad de México» por el anhelado «bronceado-playa»
Al otro día nos llevaron a una parcela en pleno campo el “Honeymoon Park” con un concepto de mercadotecnia interesante:
se plantaba un arbusto para luego otorgarnos un certificado de dicha siembra con la fecha de la boda así como los nombres de los «recién casados».
A lo lejos se veían árboles de diferentes tamaños (dependiendo, como dije, de la «fecha de casamiento» de cada pareja) fuera o no verdad en ese momento lo creíamos a «pie juntillas», esperando algún día regresar para ver cómo se había transformado el nuestro..
Linda experiencia donde hicimos amistad con dos matrimonios más.
¡UN AMBIENTE MUY AGRADABLE!
Pasaron rápido las horas, los días y teníamos que salir para «Ocho Ríos» (otro lugar con Hotel de la misma «cadena»).
Como nos trasladamos en taxi me cercioré que no hubiera confusión entre la tarifa que nos planteaban de:
$15.00 (fifteen) y $50.00 (fifty) dólares y así evitarnos confusiones.
Llegamos a nuestro nuevo destino donde, igualmente, disfrutamos de las arenas blancas caribeñas.
Ahí compramos entre otras artesanías, unas «caritas nativas talladas en madera» que todavía conservamos.
Rentamos un auto para atravesar la Isla de norte a sur hasta Kingston (la Capital), dos años atrás había conducido con «el volante» a la derecha circulando por los carriles a la izquierda, así es que no me resultó difícil recordar aquella estancia en el «Reino Unido» y su forma de conducir.
En todos los hoteles siempre nos recibían con una bebida roja (algún fruto rojo) y yo decía:
que si era roja y estábamos en Jamaica pues entonces era:
«agua de Jamaica» ¡JA!
(refiriéndome a nuestra agua de flor de «Jamaica»)
Fué en esta singular isla bañada por el Mar Caribe donde escuché por primera vez los instrumentos acústicos como el “steel drum” o tambor de acero, el “tamboo bamboo” así como la «marímbula» o «caja de rumba» (base, entre otros, de los géneros musicales como: «ska», «rockstead» y «reggae»).
”Una cosa buena que tiene la música, es que cuando llega, te olvidas de los problemas». BOB MARLEY
Paradójicamente por «angas o por mangas» no nos fue posible tomar el «tour del balsaje» (que tanto «dio de qué hablar» en renglones anteriores).
¡ahhh pero como nos divertimos y la pasamos de maravilla esos días !
No hemos vuelto al «Honeymoon Park» de Jamaica (si es que todavía existe) para constatar qué tan alto está
«ese árbol que plantamos hace más de 38 años….»
¡Recuerdos imborrables !
¡Quizá algún día lo hagamos,
“You never know”!

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