Había programado conocer el «Museo de la Caña de Azúcar» en Colombia; para ello contacté a su promotora la señora Liliana Guerrero quien amablemente me orientó sobre toda la «región» destacando los atractivos turísticos más importantes a visitar.
Después del medio día llegamos, Hernán el conductor y yo, a «la Hacienda El Paraíso»alguna vez propiedad del padre del escritor Jorge Isaacs autor de la célebre «María»:
«catalogada como el modelo de la novela romántica hispano-americana que sigue la llamada corriente sentimental» donde cuenta las costumbres y la forma en la que se desarrolla el amor (entre los primos María y Efraín) a la vez que nos describe tanto la exuberante naturaleza como la belleza de la «Hacienda».
«María considerado el primer largometraje producido en Colombia (1922); más tarde (1972) y en la misma hacienda El Paraíso se filmaría la película mexicana donde «el protagonista es Efraín (interpretado por Fernando Allende) que viaja del Valle del Cauca a Bogotá, para emprender sus estudios, dejando allí a su familia y a María (interpretada por Taryn Power) quien comienza a despertar un amor intenso en él. Luego se van desarrollando acontecimientos y circunstancias de la vida que llevan a la pérdida irreparable de su amada y al dolor sin consuelo»….
(«La Hacienda» se localiza en la jurisdicción de «el Cerrito» perteneciendo en, parte, al «Parque Nacional Natural las Hermosas»).
…Cabe hacer notar lo interesante de la narración del guía ya que (en tono novelesco) subía y bajaba la modulación de la voz conforme contaba la historia rodeada de almíbar y miel, (debido, tal vez, a las grandes extensiones de plantíos de caña de azúcar que la rodeaba) ¡JA!.
Al siguiente día Liliana se unió al recorrido para mostrar el museo, que mencioné al principio, nos sin antes detenernos en «La Choza de ChuChú en Santa Elena Valle; «Casa Museo» que 20 años atrás era apenas un sueño alimentado por las ilusiones del vino casero pero que hoy «la Choza» nació y creció como crece el amor, como crece el vientre materno, como crecen los hijos, como crecen los ríos, como creció la necesidad en Chuchú (Walter Belalcazar) de compartir este espacio con los hijos de la tierra»
Está por cumplir 57 años; «no ha gastado zapatos», porque no los utiliza, pero yo diría que le «ha salido callo» por la fuerza e intensidad con la que ha recorrido su vida pese al problema que padece en la pierna izquierda producto de un accidente de motocicleta que le ha valido varias intervenciones quirúgicas.
Una vez dentro de su casona de teja habrá de tañerse una pequeña campana para anunciar la llegada.
Posteriormente pide volverla «a tocar» para que se cumpla el sortilegio de repetir la visita.
Describir lo que exhibe allí sería interminable quizá las fotos que anexe puedan ilustrar, si no en cantidad, si en variedad.
Me contó que cuando los habitantes de su pueblo fueron cambiando la fisonomía externa e interna de sus casas y por ello deshaciendo de enseres, cacharros, trebejos y cachivaches, él iba recogiendo todo ello y acumulándolo en su «Choza».
Definir a este encantador individuo es complicado: escribano, poeta, pintor, dibujante ( extraordinario), «cuentacuentos e historias», coleccionista, cantante, actor y amante tanto del cine como de la vida misma nunca entendí «a ciencia cierta» de qué vive pero:
«construyó un enorme set, como en las películas, para que los visitantes posen para su cámara y luego entregarles un estudio fotográfico en sepia» adornado con pósters y carteles de filmes en su mayoría de «la época de oro del cine mexicano» (contrastando con una grande y moderna pantalla de tv instalada al frente).
Finalmente llegué hasta su habitación donde había un trozo de madera natural y caprichosa semejando un Cristo.
… y no encontré un par de zapatos por ningún rincón !
Al partir llegaba su hijo según dijo: «el heredero de todos los objetos ahí reunidos»
Dada la premura de tiempo hubimos de despedirnos (de lo contrario ahí estuviera escuchando los amenos pasajes e historia de la vida de este mítico personaje) él me aseguro que:
«nos volveremos a ver, porque vas a regresar»
¡Me encantaría!…. ¡Dios dirá!
Continuamos con el motivo principal del viaje (a esa Región en Valle del Cauca):
«El Museo de la Caña de Azúcar» en la «Hacienda Piedechinche».
Sitio hermoso y bien cuidado, «hacienda» con historia, rodeada de lindos jardines de variedad de árboles tanto de la «región» como traídos de lejanos lugares como el famoso «árbol del pan»..
En el centro del salón principal la lámpara con una fina cuerda y su carretilla (polea) para bajarla y encender las velas, luego alzarla para iluminar toda la estancia.
En la fachada a mano derecha una «Capilla» con su tradicional campana propia de muchas «Haciendas»..
(la «toqué» como normalmente lo hago con la ilusión de retornar al sitio).
Se pueden observar los primeros y más rústicos «trapiches» hechos en madera para sacar el jugo de la caña de la que se obtiene sólo un 30%, el cual se transforma en «cachaza» y se procesa para dejar la panela, quedando el bagazo o sea el residuo de materia después de extraído su jugo.
A través de los años y dada la industrialización se han ido obteniendo mayores porcentajes de «sacarosa». Al final del recorrido pude saborear un rico vaso de jugo de caña bien frío ¡mmmmmm!
Los propietarios de este sitio son los mismos del «Ingenio Providencia» situado a pocos kilómetros en el mismo Valle; una característica de esta producción de azúcar es que todo el año se cosecha, se muele y se elabora, a diferencia de México donde la cosecha es «de temporal» (es decir se detiene la producción en el Ingenio y se realiza la «reparación» de la fábrica de la melaza).
Aunque crecí en tierra de cañales en medio de varios ingenios azucareros y trapiches, y mi tesis profesional versó sobre » La Comunicación en la Industria Azucarera» (la cual preparé junto con mis amigos: Octavio Pérez M. y Francisco Orbezo H. y que mecanografió, en aquellas/hoy obsoletas máquinas de escribir, en su totalidad mi novia y hoy querida esposa Dolores) no tengo un conocimiento profundo sobre el tema.
Todo éso recordé en mi visita al «Museo de Caña de Azúcar» de Colombia.
Gracias Liliana por tu orientación, apoyo y tiempo.
… Azúcaaaaar…
*Nota: Algunas imágenes fueron recolectadas de internet, el objetivo es representar con dichas imágenes lo escrito, ya que no siempre me es posible utilizar imágenes propias debido a su antigüedad o calidad de las mimas.