«let it be «… Liverpool y Manchester !

Estudiaba inglés en el invierno del ’76 y primavera del ’77 en «Stratford Upon Avon» (llegué junto con Octavio Pérez y aunque vivíamos en casas separadas procurábamos salir del pueblo natal de Shakespeare, «considerado el escritor más importante en lengua inglesa»)
habría que ver ¿cuánto se me «pegó» de ese idioma?
(el que a través de mi trayectoria en el turismo tanto he tenido que utilizar y nunca he podido perfeccionar) ¡uuuppppsss!
Para recorrer la Isla entera del Reino Unido:
Inglaterra, Escocia y Gales rentamos auto.
En tres de esos viajes se nos unió Rafael un amigo que conocimos en la escuela, que no quiso darnos su apellido y dijo
«en las listas de los pizarrones me van a identificar»:
Rafael Gusano, madrileño muy orgulloso de la tierra de su familia: Palencia (con «p» de París recalcaba, para que no hubiera confusión con Valencia).
En el segundo viaje conocimos Liverpool la ciudad de «Los Beatles» («la banda de pop/rock inglesa activa durante la década de 1960, reconocida como la más exitosa comercialmente y la más alabada por la crítica en la historia de la música popular»).
Ahí le compré a mi hermano Guty una «partitura musical» de algunas canciones de su, hasta la fecha, admirado «El Cuarteto de Liverpool»
También visitamos Manchester pero en aquel 1977 tanto esta ciudad como Liverpool me parecieron diferentes a después de 36 años que regresé con el propósito de vivir dos partidos de «fútbol» en cada una de esas localidades.
Llegué a Liverpool, con un compañero de trabajo, proveniente de Londres un viernes en la tarde; después de instalarnos en el hotel salimos a recorrer la ciudad. Terminando de cenar fuimos al «barrio de los pubs» hasta llegar a «The Cavern Club»(«donde nació la legendaria «banda de rock de los ’60» (The Beatles), considerada como una de las más importantes exportaciones de Inglaterra a nivel musical») que al bajar por las escaleras y luego atravesar el túnel se empezaron a escuchar los acordes de «Oh bladi -Oh blada», le siguieron «Michelle», «Yellow submarine», etc. etc…fuimos a la barra a pedir algo de beber ahí me percaté que la mayoría de jóvenes y adultos tomaban cerveza, al preguntarle al «bartender» comentó que un 70 % del consumo era la mexicana «Corona»
….. y seguían los acordes de:
«Something», «Yesterday», «Hey Jude»
… las paredes mostraban «las huellas del tiempo»;
me contaron que el lugar estuvo cerrado por varios años y que al reabrirlo causó furor reviviendo la época de estos famosos músicos recordando sus melodías interpretadas por excelentes grupos.
No cabe duda que la Gran Bretaña es especial, entre otros temas, en el de la música; por algo la han encumbrado grandes intérpretes como :
«F. Mercury», «Rolling Stones», «Robbie Williams», «Elton John», «Led Zepelin», «David Bowie», «Eric Clapton», «Rod Stewart» y muchos, muchos más.
…antes de irnos pude escuchar:
«Let it be» («Déjalo ser») y salimos al aire gélido.
Ya en la calle era penoso ver a muchas jóvenes (principalmente adolescentes) unas drogadas, otras alcoholizadas, con sus cortas faldas y su piel roja del frío, con los zapatos en los hombros o en las manos; escenas muy deprimentes.
Regresamos al hotel para al otro día saborear un memorable desayuno que me recordaba el Stratford de 1977:
huevos fritos, salchicha, rodajas de tomate, tocino, papa, pan tostado con mantequilla, miel y mermelada además de «thé negro».
A ese desayuno lo nombré: «memorias inglesas».
De ahí al muelle «Albert Dock» donde se encuentra «The Beatles Story» (o el «Museo de Los Beatles») y todo lo concerniente a este «grupo» que sigue presente más de medio siglo después. Interesante vivencia hasta acercarse la hora de ir al «Anfiel-Estadio del Liverpool» y empezar a ver el rojo por doquier:
ropa, bufandas, gorras, corbatas, todo rojo.
El partido era contra el «Chelsea» («para variar») lleno total.
(Un espectáculo especial de la «Liga Premier» similar a aquel «partido» que en el ’77 asistimos los de «la escuela», Octavio y yo en Birmingham para ver al «Aston Villa»).
Terminó «el encuentro» con los aficionados cantando y mostrando la bufanda colorada, ¡ya que habían ganado!.
Nos fuimos a recoger maletas, de ahí a la estación de ferrocarril para abordar el tren que nos llevaría a Manchester, registrarnos en el hotel, cenar y descansar.
Manchester ciudad industrial que cuenta con su «zona turística» en el «centro de la ciudad» la cual incluye la gran «rueda de la fortuna» (o «la noria») en los «jardines de Piccadilly». Aproveché para ir a una tienda donde consigo la ropa interior de invierno (térmica) a la que llamo «bajo alfombra» que, aunque actualmente la fabrican muy delgada (de nailon o poliester), es verdaderamente abrigadora. Luego nos metimos en un «pub» a comer el típico «phish &chips» y a dirigirnos al «Old Trafford» (el estadio del «Manchester United») equipo donde militaba el que entonces fuera famoso delantero mexicano:
Javier Hernández, “El Chicharito”.
En los puestos de «souvenirs»cerca del «estadio», abundaban los «típicos sombreros mexicanos de paja grandotes» (seguramente «made in China») tricolores con el nombre de «che-cha-re-to” al igual que «pines» (compré uno) y «camisetas», agotadas en ese momento por el exceso de demanda de dicho producto.
Vi a tantos «ensombrerados» fuera del estadio que mi preocupación era cómo iba a poder ver el partido, pero grande fue mi admiración que al sentarme en la butaca correspondiente ya no encontré ninguno…..
-¿Dónde guardaron tantos sombreros?
-¡No sé!
¡Orden total!
Previo al inicio del «encuentro» Carlos me intentó llevar una cerveza (práctica tan común en los estadios de México) pero resultó que, aunque la vendían detrás de las gradas, había que bebérsela antes de acceder al asiento correspondiente, es decir no se permitía ingresar ningún tipo de envases. Así que la dejó a la orilla del túnel de entrada para que cuando tuviera que ir al baño la recogiera. Claro que acostumbrado a una idiosincrasia diferente nunca creí encontrarla, pero ¡cuál no sería mi sorpresa que estaba intacta y justo donde él me había indicado!.
¡Me supo a gloria!
Al «medio tiempo» hice conversación con algunos aficionados que, desde de los «Países Árabes», venían únicamente «al partido» para después regresar a sus lugares de origen.
Todos valorando la actuación del «Chícharo».
Un estadio con sabor, una cancha excelente y el grito unánime:
¡»Checharetooooo»!
Una vez más al término del «encuentro» los seguidores cantando con las bufandas en lo alto.
Al tomar el tren de regreso a Londres observé algo que me pareció interesante: aunque había transitado en «railwey» (ferrocarriles) décadas atrás en Inglaterra no había vivido la adrenalina que genera un «partido de fútbol».
Trataré de explicarlo:
El tren lleno, pasajeros de pie, admiradores con las camisetas del club al que simpatizaban (unos con la del «Manchester» y otros con la del «Arsenal»).
a medida que el tren hacía paradas los aficionados del «Manchester» bajaban y así iba desapareciendo ese color rojo de su equipo, hasta que en las siguientes estaciones se apeaban los del «Arsenal». Lo interesante es que el tren los llevaba desde Manchester hasta Londres-«Victoria Station»; al final bajaban los que quedaban ataviados con los colores de su «escuadra» y entonando canciones de apoyo a su equipo, en otras palabras:
¡presencia y canto!
Así pude disfrutar de dos días intensos de fútbol (de la ya mencionada «Liga Premier»), evocar mi estancia en El Reino Unido y mi juventud con «Los Beatles» apoyar, junto con muchos entusiastas, al mexicano «Chícharo Hernández».
… y ¡de «Victoria Station» al hotel !