Por ahí del año 1969, una tarde en un sofá del Casino Español de la calle 5, nos encontrábamos Víctor Rodall, Octavio Pérez, Héctor Orozco y yo hablando de todo y de nada y como existía una gran amistad de juventud se nos ocurrió ( no sé bien quién lo propuso ) llegar al acuerdo de reunirnos en un lugar ícono de esa época, nevería «El Siboney » en Córdoba (en la esquina de lo que se encontrara en ese entonces), minutos antes de las 12 de la noche (00:00hrs) del 31 de Diciembre de 1999 ¡»cambio de siglo»!.
La AMISTAD: sentimiento profundo, desinteresado, idealistas y finalmente real.
Amistad de juventud que inicia desde la niñez con la que se sueña en el futuro; donde se realizan pactos con una entrega sin límites y que muchos cuidan de llevarlos a «pie juntillas».
Lástima que con los años cambia la visión y entran intereses que maquillan este profundo sentimiento pero, como ésa es para algunos amigos la realidad, no hay más que aceptarla.
Con aquella visión a futuro los cuatro amigos soñábamos románticamente con el «cambio de siglo» hablando de:
¿cómo llegaríamos al 1999?
No hablábamos de:
¿qué nos depararía el destino?,
¿qué estudiaríamos ?,
¿con quién nos casaríamos ?
¿cuántos hijos tendríamos? o
¿situaciones terrenales?
no estaban en la lista de nuestras preocupaciones, por lo menos no en las mías.
¡Fue una juventud sin excesos !
Si con la inquietud clara por conquistar a la chica que nos gustaba, de ello nos gastábamos horas y horas en hablar y redundar en el tema de la X o Y amiga ( cosas lindas de esa edad ) entonces se asomaban los «conquistadores», aunque al momento de la verdad nos sudaran las manos.
Años más tarde en un lugar del estado de Ohio en EUA hablando con un proveedor de edad similar a la mía (él de cultura sajona, religión diferente) coincidíamos en que el proceder del ser humano es muy similar en cualquier lado.
Recordábamos nuestra juventud y nos identificaba el mismo comportamiento y proceder. ¡»Nada nuevo bajo el sol»: aquí y allá, hoy y ayer !.
Pues con esa mochila al hombro repleta de sueños planeábamos, como dije, el encuentro del último día del siglo XX.
Al grupo se integraba, esporádicamente, Jorge Limón y poco tiempo después se sumó Paco Vega , pero aquel pacto quedó en las mentes de los primeros cuatro.
«….no hay plazo que no se venza») y llegó 1999 siempre con el recordatorio de alguno de nosotros para no fallar a «nuestro compromiso».
Octavio se encontraba en Córdoba, Héctor en Villahermosa, Víctor en Venezuela y yo en Xalapa.
Finalmente llegamos a esa esquina en la que, en ese momento, una Institución fiduciaria ocupaba el espacio de nuestro añorando «Siboney» y su propietaria «La Güera».
Acudimos 3 de los 4. Víctor por la lejanía no llegó, pero tampoco se salvó de nuestros consabidos reclamos como el: ¡»tanto esperar y prepararnos…..etc. etc.»!
… Y bueno !
Caminamos contra esquina, a la cafetería del todavía «Hotel Palacio» (antes ubicada hacia la Av 3) donde también hubieron muchas tardes y cafés con anécdotas, principalmente, de Octavio tratando de convencer a Laura para aceptar su propuesta matrimonial …y lo logró !
No sé si fue la calidad del café o «el rollo» que le echó, hoy son compadres de Dolores y míos, aunque también Octavio y Héctor se dicen compadres pero, éso a causa de un «encuentro futbolero» ⚽ y 🍺 en la CDMX….¡JA!
Nuestra, tan esperada, reunión no fue al principio del todo cálida ya que hacía mucho tiempo que no convivíamos los tres juntos… luego echamos el reloj y el calendario atrás y fluyeron «aquellos ayeres».
Cabe decir que por cuestiones de compromisos de todas las familias (dado que no era «cualquier» Fin de Año) le pusimos un «password» a nuestra reunión atrasándola 2 días, es decir que fue el 29 DE DICIEMBRE Y NO EL 31…pese a ello pudimos cumplir con aquel acuerdo de juventud: vernos para el » cambio de siglo»….
Anécdotas, remembranzas, recuerdos y frases surgían, tal como una que en aquel tiempo decíamos cuando un mesero llegaba a preguntar
¿qué van a tomar ?
contestábamos ¡un café!
y tiempo después :
¡» una cuba «!
¡Por años fue broma «del grupo» que no pudo faltar esa noche, cuando lo preguntó el mesero!
Las hojas se han desprendido de los calendarios, hemos ido y venido, encuentros y reencuentros (por citar el más reciente) el de Pilar y Paco.
Novios de la juventud que, por azares del destino y habiendo formado cada uno y por separado sus respectivos compromisos, la vida los reencontró solteros, y como «donde hubo fuego cenizas quedan» nuevamente juntos y felices……como si fuera final de novela de aquéllas de «Corin Tellado».
Reencuentro afortunado que provocó el reencuentro de aquellos primeros cuatro más el quinto («no hay quinto malo» ) pues nos llevó pactar una fecha para vernos una vez al año. La primera vez fue el 28 de Diciembre ( «Día de los Inocentes» ) y cada año procuramos no fallar los 5 con nuestras respectivas cónyuges más Liliana Calatayud y Fernando, inseparable amiga de Pilar, y amigos de todo el grupo.
Es el 28 de Diciembre cuando la mesa, al final del corredor del Restaurant «El Balcón» en Córdoba, nos espera ya reservada para «El Grupo del 28».
Fecha que se ha logrado conservar donde Víctor y Marina Rodall son los primeros en llegar. Mesa redonda para poder platicar, revivir anécdotas, acercar corazones de amistad; de aquella AMISTAD que hoy , con los signos del paso del tiempo evidentes en cada uno de nosotros, muestra que juntos hemos transcurrido gran parte de nuestra vida. Se dice de todo, bromas y chistes de los años 70’s, surgen canciones que se entonan recordando serenatas a voces y coros musicalizados por «Payno» (amigo de aquella época que acude a la cita junto con su trío profesional) siempre destacando la voz de Héctor como antaño, quien con su guitarra lidereaba las melodías previamente ensayadas. Hoy se cantan no con aquella organización, pero con nostalgia que provoca risas; corre el vino y el espacio se impregna de aroma de los puros llevados por Víctor y Octavio.
Se intercambian objetos, regalos, no falta la vendedora de rosas ( mudita ), pero sobretodo reinan las emociones y sentimientos producto de la AMITAD de juventud.
Deseo sigan los 28’s de diciembre, deseo que siga «El Grupo del 28″ (en recuerdo de aquel pacto para el»cambio de siglo»), mientras el Creador nos tenga por aquí .
Me llamo eduardo Ros jugué al béisbol 35 años en pamplona España me ha encantado la similitud de las 9 entradas con la vida. Saludos