Es curioso lo sucedido en días pasados cuando me puse unos zapatos
(“sin costuras” para diabéticos)
qué hacía años me había comprado mi esposa.
Los elegí porque en la “agenda” estaba previsto,
tanto caminar como estar mucho tiempo de pie.
Ya en el “Museo”
(lugar incluido dentro del “Recorrido Turístico”)
busqué dónde sentarme.
Cómo el piso estaba reluciente
(mientras escuchaba al guía)
observé un “sobrante” que se asomaba en la punta de uno de mis zapatos; crucé la pierna para jalar con un “Kleenex” lo que creí un chicle pegado, percatándome extrañado que era parte de la suela sintética negra que se estaba deshaciendo. Además ese “excedente” llamaba no solo mi atención en aquel piso pulcro y claro, así que
busqué un “bote de basura” para tirar el “pedazo de hule” que logré arrancarle.
La visita continuaba y entramos a un espacio donde había losetas, piso disparejo, piedras, gravilla, tierra/barro y hasta el agradable césped.
Aunque en ese momento no lo razoné, sentía al caminar una percepción diferente a la acostumbrada.
Después de que literalmente “Gasté Zapatos”,
emprendimos el regreso terminando el “tour”.
Llegando a casa, luego de subir las escaleras, saludar a Dolores y responder a su pregunta:
-“Cómo te fue?”,
-“Cómo estuvo?”.
Ahora con más calma me percaté que aparte de “caminar chueco” iba dejando pedacitos de suela “regados” en el piso. Al revisar nuevamente el zapato vi que los tacones (también sintéticos) estaban sumidos, desbaratados, como si el material se hubiera podrido.
Aunque escuché que a alguien más le había sucedido algo similar,
lo que es que a mí:
nunca me había pasado.
Las horas siguientes, ya calzando unos zapatos cómodos, vinieron a mi mente diferentes reflexiones de la vida acerca del agotamiento de los zapatos producto de años de estarlos gastando.
“Todo por servir se acaba”
La salud, el físico se acaban.
Sucede como con esos zapatos que usé:
por arriba lucían en “muy buen estado”,
pero por la parte que queda debajo de la planta del pie y que está en contacto con el suelo estaban irremediablemente deteriorados.
Por lo tanto:
“No creas todo lo que ves”
“Las apariencias engañan”
-Vemos a una persona y no sabemos si adolece de algún padecimiento físico.
-Desconocemos sus problemas personales y la razón por la que un simple incidente pueda ser la causa de abruptos cambios en su carácter.
Fue paradójico como un detalle tan mundano, me remitiera a deliberar sobre el significado más serio de
“Gastar Zapatos”.
Para la siguiente vez me aseguraré, revisándolos,
qué estado guardan los
“Zapatos que voy a Gastar”.
Mientras tanto continuaré reflexionando sobre las
“lecciones de la vida”,
dependiendo de cuán atento esté en ello!
“La salud no está en el plato, sino en el zapato.”
«Y así es la cosa; por muchas vueltas que le demos al asunto y por muchas palabras que le pongamos a éso, así de simple se reduce todo:
entre dos aleteos, sin más explicación, transcurre el viaje»
Eduardo Galeano
*Nota: Algunas imagenes fueron recolectadas de internet, el objetivo es representar con dichas imagenes lo escrito, ya que no siempre me es posible utilizar imagenes propias debido a su antigüedad o calidad de las mimas.