No. 1 Maestro Ernesto de la Peña, Escritor, ensayista, erudito...

No. 1 Maestro Ernesto de la Peña, Escritor, ensayista, erudito…

Hace dos días acompañé al maestro Ernesto de la Peña ( vecino y amigo ) a recibir ” El premio Menéndez Pelayo”. Casualmente salimos a la misma hora del domicilio, cada uno con nuestras respectivas esposas.

Me percaté que iba tranquilo, enfundado en su traje de casimir, sonriente dirigiéndose a recibir el reconocimiento de lo que ha construido a través de su vida, el que le patentizara el mundo de las Letras Españolas, lo que ha aportado a nuestro País y a la Lengua Castellana.

La Universidad Menéndez Pelayo y El Colegio de México, pusieron un sello a la trascendencia de lo que ha buscado legar a las nuevas generaciones, razón por la que desea seguir viviendo (comentario que me hiciera semanas antes en una charla que sostuvimos en su casa) como al mundo de la la Cultura.

Fue un evento por demás emotivo, con la tecnología de video-conferencia entre la UIMP en el Palacio de la Magdalena en Santander, España y el COLMEX en el Salón Alfonso Reyes en la Ciudad de Mexico.

Al final de la ceremonia se volcaron los medios e hizo las declaraciones que bien se pueden resumir en la nota que a continuación anexo:

¡ Salve maestro De la Peña !

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“Se anexa texto periodístico”

México vive una realidad muy amarga: Ernesto de la Peña

“La realidad de México es muy amarga. Es una realidad, para desgracia de todos, invadida por el crimen, la corrupción, la lenidad, la inseguridad, por crisis económicas y disensiones de partido”, señaló con tristeza el escritor, ensayista y erudito, Ernesto de la Peña, luego de recibir el XXVI Premio Internacional Menéndez Pelayo y dictar una conferencia sobre sus más recientes aproximaciones a El Quijote.

“Nací en México. Mi larga vida ha pasado aquí y no creo recordar un sólo momento de crisis más grave que la actual. Es muy lamentable decirlo, pero así es”, dijo el galardonado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Además, expresó que la cultura sigue siendo “el patito feo de la historia”, y aunque la cultura es maravillosa ¿a cuántos de verdad les interesa?, reflexionó. “En el conglomerado social se menciona porque no queda de otra, pero realmente no cuenta”, dijo al concluir la ceremonia simultánea, realizada vía streaming entre la sala Alfonso Reyes del Colegio de México (Colmex) y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).

¿Cómo cambiar nuestra realidad?, se le preguntó al autor de Las estratagemas de dios. “Soy mexicano hasta las cachas y los mexicanos tenemos entre otros defectos la falta de solidaridad”, dijo. “En las colonias extranjeras, un judío ayuda a otro judío, un español a otro español, etcétera. Pero nosotros no”. Un ejemplo nimio pero claro está en el comportamiento habitual de los automovilistas, puntualizó, así que desde ese detalle nimio se nota nuestra falta total de espíritu social.

Ernesto de la Peña nació en 1927 y fue alumno de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Estudioso de los filósofos presocráticos e idiomas como el árabe, sánscrito y lingüística indoeuropea. Ha sido traductor de griego, latín y ha incursionado en la televisión y la radio culturales. Y entre los reconocimientos que ya ha recibido se encuentra el Premio Xavier Villaurrutia, la medalla conmemorativa por los 3,000 años de Jerusalén, el premio Internacional, Alfonso Reyes y el de las Ciencias y Artes en Lingüística y Literatura.

EL GRIAL. En sus aproximaciones al Quijote, Ernesto de la Peña puntualizó que una lectura atenta y profunda, pone de manifiesto la relatividad del conocimiento y la elusividad del mundo real. De tal suerte que “lo que ve el caballero no es lo que percibe su escudero. Don Quijote y Sancho son dos miradas, dos percepciones que asintomáticamente viajan siempre unidas sin cruzarse jamás”.

Incluso, dijo, en esta novela “la fantasía quijotesca trasciende y transforma la realidad cotidiana y uno de los procedimientos fundamentales para lograrlo, amén de sus desmanes, es poder nombrar minuciosamente a los ficticios enemigos”, apoyada en la relación amo-escudero que inicia como un “diálogos de sordos” hasta transformase en un intercambio de realidades.

Sin embargo, el erudito fue más allá y aseveró que existe un propósito subyacente en el recorrido del caballero y su escudero por diversos linderos de España: “es la búsqueda encaminada a encontrar ese objeto indeterminado que se llama grial, el Santo Grial”.

Y añadió que El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha “es, a su peculiar manera, un poema épico, una saga alternadamente grotesca y patética, que tiene entre otros precedentes”: La prise d’Orange y otros poemas medievales, el Baldo de Folengo y el Morgante de Pulci.

UNIVERSALIDAD. En su amplio discurso, el también politólogo aseveró que “la universalidad que cobró muy temprano el Quijote estriba, a juicio mío, en la verosimilitud de sus personajes argumentales y las expresiones orales, en la alternancia de desvarío y cotidianidad, de insensatez y cordura. En una palabra, refleja fielmente la trama diaria e íntima de la vida de todos y cada uno de nosotros. Abismos y cúspides, dudas y certidumbres”.

Y lamentó que algunos estudiosos sigan pensando que el propósito fundamental de la novela de Miguel de Cervantes Saavedra fue acabar con los libros de caballería. “Pero no se toma en cuenta al decirlo que estamos ante uno, el más importante de todos y que el profundo conocimiento y la familiaridad que tuvo el escritor con estas obras queda de manifiesto”.

Finalmente, De la Peña aseguró que el Quijote es un hombre, un emblema y representación de nuestros sueños y deseos que tiene en su poder una facultad casi divina: transformar la realidad en materia de la fantasía.

La ceremonia y la lectura del discurso se realizó en el Colmex y contó con la participaron de la ensayista y pensadora Margit Frenk, profesora emérita de esta institución y de Jean François Prud’homme, coordinador general académico. Y por la sede de la UIMP, en Santander, España, estuvieron presentes: Salvador Ordóñez, rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y Francisco Javier Ramírez Acuña, embajador de México en España, quien recibió simbólicamente el reconocimiento concedido al escritor mexicano.

*Nota: Algunas imágenes fueron recolectadas de internet, el objetivo es representar con dichas imágenes lo escrito, ya que no siempre me es posible utilizar imágenes propias debido a su antigüedad o calidad de las mimas.

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