Como he comentado varias veces, llegué a principio de los años 70 a radicar a la entonces llamada México o “al D.F.” para iniciar allí mi “Carrera Profesional”.
Con el escaso presupuesto de un clásico “estudiante”, buscaba economizar al máximo para que me rindiera ese “fondo” el mes completo. Esa “mesada” (que mis padres me daban y yo recibía agradecido) era para cubrir toda clase de gastos, sin excepción, ocasionados en ese período de tiempo.
Cerca de la multicitada “Casa de Asistencia” dónde viví; en la “Calle de “Holbein había una “lonchería” que veía con apetito cuando caminaba rumbo al tranvía con “parada” cerca de la Universidad a la que asistía.
Al observarla me recordaba películas de “La Época de Oro del Cine Mexicano” donde aparecían las típicas
“…loncherías de barrio sin más pretensión que la de saciar el hambre de los clientes con platillos caseros de gran sazón…”:
-Flautas de carne desherbada.
-Dobladas con papa (fritas).
-Tostadas con pata de cerdo.
-Tortas ( variadas).
-Algún Caldito.
Si habían preparado chorizo ese era el olor que predominaba sobre la manteca con lo que se cocinaban gran parte de los alimentos.
-Refrescos de color y sabor intenso. En aquel tiempo pudiera ser “Trébol”, “Barrilitos” o “Lulú” hoy ya desparecidos.
¡Ahhh regularmente había un barril conteniendo “tepache” !:
“…una bebida de baja graduación alcohólica muy refrescante típica de México. Es una fermentación espontánea de las pieles de piña..”
Así como algún postre generalmente “flan”, de color amarillo intenso.
Los asientos eran las típicas “banca sillón doble” para restaurante (tablas sencillas como asiento y un respaldo recto y alto que servía de división entre los comidistas). Todo el mobiliario (incluyendo el mueble donde se preparaban los ricos alimentos) estaban pintados en un color verde intenso o un amarillo crema. Estos colores también predominaban en las paredes y el techo.
Cuando llegué a la Capital era fácil encontrar una “lonchería” por cada zona de la metrópoli aunque me cuentan, personas con más edad, que éstas ya proliferaban desde principios del siglo pasado…
Como relaté renglones arriba era común verlas en películas costumbrista del cine mexicano.
Actualmente el hallar alguna de aquellas loncherías que han sobrevivido al tiempo es toparse con los descendientes del propietario, principalmente hijos o nietos.
En el mes de septiembre del año (2021) comí en uno de esos establecimientos atendido por el propietario y su hijo que, además de estar atrás de “la barra”, igual “le entra” a la cocina friendo los antojitos que ya describí y que ese día saboreé con deleite y añoranza ya que en un momento dado que se acercó el señor mayor a levantar el pedido (habiéndonos quitado momentáneamente el obligatorio “tapaboca” del contagioso “Covid 19”) nos reconocimos.
Al preguntarle qué si se acordaba de mi
-¡Claro que sí, respondió, usted hace mucho frecuentaba este lugar, ya tenía años que no lo veía!.
Lógicamente me dio mucho gusto y la emoción propia de encontrarse viejos conocidos.
Todavía conservaban “en uso” una “televisión de cajón”
¡sintonizada en un canal “x”!
Acto seguido me sirvió una “tostada cuadrada” (que ya no es fácil de encontrar) con “pata” y como dice
“Don “Pepe Roni”:
¡deliciosa!
¿Qué tal?
En mi casa pidiendo me preparen la comida que la Dra. prescribe y nada más pongo “un pie fuera” y me “doy vuelo” comiendo todo lo vedado Ja!!!:
«Lo paseado y lo comido nadie me lo quita” ó
“Tripa vacía, corazón sin alegría”.
Así mismo recordé una típica lonchería que ahora es un famoso restaurante:
“Pachuca”: ubicado en la colonia “Santa María la Rivera” en la Ciudad de México.
Una de las asiduas clientas escribió:
“…EMPECÉ A ACUDIR A ESTE LUGAR CON MI ABUELITA, (QUIEN FUÉ MAESTRA del inmortal músico y compositor mexicano “JUVENTINO ROSAS”) CUANDO YO ERA UNA NIÑA. Y AHORA VOY CON MIS HIJOS Y NIETO…”
También algunas localizadas en “El Centro”, otra en la Calle de “Campeche” en “La Condesa” en fin, mis sabrosas memorias de mediados del siglo pasado ligadas a la “Gastronomía”.
Todo pasa, todo pasa, perooo la “Lonchería” de la “Calle de Puebla” en dónde recientemente comí ahí está, no sólo en el mismo lugar con iguales colores y mobiliario, sino atendida con su tradicional cortesía por los dueños y frecuentada por comensales que como a mí les satisfacen el estómago pero también el espíritu.
Así fue como “Gastando Zapatos” por la ahora CDMX pude encontrar una antigua “Lonchería”…
¡Una auténtica “LONCHERÍA”!
“No dejes para mañana,
lo que puedas comer hoy”
¡Óraleee!
“Las Loncherías …Ciudad de México”
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